La postergada declaración de nuestra independencia: el congreso de Tucumán explicitó las razones en su “manifiesto a las naciones” (2ª parte)

Publicado el: 27 febrero, 2016

Por Luis Iriarte.- El 25 de octubre de 1817, desde Buenos Aires, el Congreso General Constituyente que declaró nuestra independencia en Tucumán, precisó en un documento titulado “Manifiesto a las Naciones” las diversas coyunturas históricas que habrían posibilitado anticipar esa declaración. Una de ellas, las Invasiones Inglesas, generó un profundo cambio. “Fuimos atacados en el año 1806”, dice el documento. “Una expediciòn inglesa sorprendió y ocupó la capital de Buenos Aires por la imbecilidad e impericia del virrey (Sobre Monte), que aunque no tenía tropas españolas, no supo valerse de los recursos numerosos que se le brindaban para defenderla. A los 45 días recuperamos la capital, quedando prisioneros los ingleses con su general, sin haber tenido en ello la menor parte el virrey”. “Clamamos a la corte por auxilios para librarnos de otra nueva invasión que nos amenazaba, y el consuelo que se nos mandó fue una escandalosa real orden en que se nos previno que nos defendiésemos como pudiésemos”.

Al año siguiente se produjo la segunda invasión a la Capital del Virreinato, que fue valientemente repelida. “No podía presentarse ocasión más halagüeña para habernos hecho independientes”, expresaron los congresales. “Podíamos fijar nuestro destino hallándonos con las armas en la mano, triunfantes y sin un regimiento español que pudiese resistirnos”. La Península tenía bloqueados sus puertos y los mares dominados por escuadras británicas.”PERO NO QUISIMOS SEPARARNOS DE ESPAÑA, CREYENDO QUE ESTA DISTINGUIDA PRUEBA DE LEALTAD MUDARÍA LOS PRINCIPIOS DE LA CORTE, PERO NOS ENGAÑAMOS MISERABLEMENTE”. Interesa, y mucho, conocer la opinión de nuestros mas relevantes patriotas de entonces sobre estos acontecimientos. Manuel Belgrano, en su autobiografía, relató aquellos momentos de 1806, expresando:”Me era muy doloroso ver a mi patria bajo otra dominación”. Luego de la exitosa defensa de la Ciudad en 1807, al referirse a su conversación con el brigadier general Crawford, uno de los oficiales prisioneros, dijo: “Le hice ver cuál era nuestro estado, que ciertamente nosotros queríamos el amo viejo o ninguno”. Mariano Moreno, relató en una crónica la rendicion de la Ciudad en 1806: “A las tres de la tarde del día 27 de junio de 1806,vi entrar 1.560 hombres ingleses que, apoderados de mi patria, se alojaron en el fuerte y demás cuarteles de esta ciudad”.

Las invasiones inglesas trastocaron el orden político, militar y económico del Río de la Plata. El “Congreso general” del 14 de agosto de 1806, convocado por el Cabildo, reunió a mas de 4.000 personas que lograron que Sobre Monte fuera sustituído por Liniers, el héroe de la Reconquista y Defensa de la Ciudad, en el mando de las armas, designándoselo gobernador político-militar de la plaza. El 10 de febrero de 1807, otro Congreso General resolvió la suspensión de todos los cargos de Sobre Monte como Virrey, Gobernador y Capitán General. Por Real Orden del 24/02/1807 fue separado del cargo. Se conformaron milicias criollas integradas mayoritaria y voluntariamente por los sectores sociales más bajos, eligiendo internamente a sus jefes, desafiando el orden jerárquico que caracteriza a las fuerzas armadas. Surgieron como nuevo actor político en la región, gravitando decisivamente en los acontecimientos revolucionarios de 1810. En la Reconquista, se destacó Manuela Pedraza, tucumana apodada “la tucumanesa” por Liniers quien, peleando al lado de su marido, un cabo, mató a un soldado inglés, se apoderó de su fusil y siguió luchando. El rey, por real cádula del 24/02/1807, le concedió el grado y sueldo de Subteniente de Infantería. En la Defensa de 1807, 15 tucumanos perdieron la vida luchando contra los ingleses. Liniers fue consagrado, finalmente, por el Rey Carlos IV (resolución del 17/05/1808) como nuevo Virrey “interino” del Río de la Plata.La sorpresa fue, en diciembre de 1806, la presencia de una delegación de caciques pampas ofreciendo en el Cabildo el auxilio de 20.000 guerreros bien armados, con motivo de la posible nueva invasión de los ingleses. Otros caciques ofertaron una ayuda de 10.000 indios de pelea. La lealtad de los criollos hacia España tuvo otro episodio fundamental en la llamada “Revolución de Mayo” de 1810, pero ello será motivo de otro capítulo de esta historia.