Patricia Gómez fue detenida por estar acusada de haber colaborado con la fuga de su novio, Roberto Rejas, el acusado del femicidio de Milagros Avellaneda y de su hijo Benicio, ocurrida hace exactamente una semana.
Monteros, su ciudad natal, quedó conmocionada por la noticia. “Pueblo chico, infierno grande”, dice el popular refrán. Su detención generó una usina de rumores y comentarios hirientes sobre la profesora de educación física de 36 años, según publica este lunes La Gaceta.
No es un establecimiento educativo más; es el que está a la par del cuartel de la Dirección General de Bomberos, y por el que se podría haber fugado Rejas.
Hasta el momento hay dos versiones sobre la evasión. Los que debieron cuidarlo dijeron que se escapó por un ventiluz del baño y de ahí saltó a la escuela Roca y después ganó la calle. La otra teoría es que, aprovechando el descuido de los funcionarios públicos, se escapó caminando por el portón de ingreso del lugar.
Pero más allá de todas las especulaciones hay un dato que no es menor. Todas las personas que dijeron haber visto a Rejas, dijeron que lo hicieron cuando se traslada en un auto negro. Gómez tiene un VW Fox negro que también fue secuestrado ayer en los allanamientos que hicieron los hombres de la ex Brigada de Investigaciones al mando del comisario Jorge Dib, dirigidos por el fiscal Pedro Gallo.
“Nadie puede creer lo que le está pasando a esta chica. Es muy conocida en la ciudad porque siempre estuvo atenta a lo que necesitaban las personas”, dijo María Laura Rodríguez. “Ella se encargaba de hacer encuentros solidarios de zumba”, agregó.
“Le dijimos que no podía estar con una persona así. Que tarde o temprano le traería problemas, además que no tenía futuro con una persona que estaba cerca de ser condenada y que terminaría sufriendo, pero no nos hizo caso”, comentó Amalia, otra amiga. “Por esa razón, mucha gente se alejó de ella, incluso, personas muy conocidas que son la cara de Monteros en la provincia”, agregó.