La Municipalidad de San Miguel de Tucumán avanza con un plan para reorganizar el transporte público y reducir el caos vehicular en el centro de la ciudad. La propuesta, que podría implementarse este año, busca restringir el ingreso de colectivos rurales al casco histórico, permitiendo solo la circulación de las 14 líneas urbanas. En su lugar, las 34 líneas rurales operarían en las avenidas perimetrales, obligando a los pasajeros a hacer trasbordo para ingresar al microcentro.
La intendenta Rossana Chahla explicó que la medida es parte del Plan Integral de Movilidad Urbana (PIMU) y tiene como objetivo mejorar la circulación, proteger el patrimonio urbano y fomentar el uso del transporte público y la bicicleta. “El colapso del microcentro nos exige actuar”, afirmó Benjamín Nieva, secretario de Transporte y Movilidad Urbana, quien adelantó que se está realizando un estudio de factibilidad para evaluar su implementación.
Uno de los puntos clave del proyecto es la integración tarifaria, que permitiría a los pasajeros pagar un solo boleto a pesar del trasbordo. “Muchos dueños de líneas urbanas también manejan las rurales, por lo que es posible aplicar este sistema”, explicó Chahla. También señaló que actualmente algunas líneas rurales levantan pasajeros urbanos de manera desleal, aprovechando infraestructura financiada por la ciudad.
Las autoridades destacaron la necesidad de mejorar las frecuencias del transporte público para garantizar un buen servicio y desalentar el uso del automóvil en el centro. Además, se analiza la creación de ciclovías en el parque 9 de Julio para conectar universidades y espacios culturales.
Este proyecto se suma a otras iniciativas del PIMU, como la instalación de carriles exclusivos, el cambio de sentido en calles clave, la llegada de la tarjeta SUBE y la implementación de paradas inteligentes, todas orientadas a mejorar la movilidad en la ciudad.
