El Gobierno anunció que implementará el autoservicio en estaciones de servicio a través de un decreto que desregulará el expendio de combustibles, una medida que ha generado polémica por sus posibles consecuencias laborales y la falta de consenso en el sector. Mientras empresarios del rubro debaten sobre su viabilidad, sindicatos advierten que podría provocar hasta 70.000 despidos y no reduciría el precio de las naftas.
El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, confirmó que el decreto será implementado en las próximas semanas. Según explicó, los usuarios podrán cargar combustible por sí mismos en sus vehículos, sin necesidad de asistencia por parte de operarios. Aunque esta modalidad es común en otros países, en Argentina enfrenta cuestionamientos por los riesgos de seguridad y su impacto social.
Los gremios, liderados por Carlos Acuña, secretario general del Sindicato de Empleados de Estaciones de Servicio (SOESGyPE), rechazaron la iniciativa por considerar que pondría en peligro miles de puestos de trabajo. Acuña argumentó que el costo laboral no afecta significativamente el precio final del combustible y que la medida “no beneficiaría a clientes ni empresarios”. Además, sugirió alternativas como otorgar francos dominicales para mejorar las condiciones laborales sin perjudicar al sector.
Por su parte, empresarios del sector energético están divididos. Algunos ven el autoservicio como una modernización inevitable, mientras otros, como Juan Carlos Basílico, presidente de la Federación de Entidades de Combustibles (FEC), calificaron la decisión de “impracticable” en el corto plazo debido a los requerimientos técnicos y de seguridad.
El anuncio también incluye cambios normativos para el tamaño de las estaciones de servicio y la posibilidad de autoservicio en vehículos eléctricos. Sin embargo, las cámaras empresariales y los gremios coinciden en que el Gobierno no ha brindado detalles suficientes sobre cómo se aplicará el nuevo régimen.