Ingresaban sustancias, las vendían y la salud de muchos chicos en el interior del alojamiento se minaba a diario. El modus operandi parecía ser simple: de alguna manera los implicados se las arreglaban para mantener intacto el canal de ingreso en ese lugar en el que se comercializaba buena parte de las sustancias. Los implicados usaban a los propios menores como “escudo” para hacer circular pequeñas dosis y recaudar dinero en efectivo. De esa manera, ni siquiera corrían riesgos de ser detectados.
Esa es la hipótesis principal que es abordada por la Justicia Federal en el marco de la investigación que culminó con detenciones, en las últimas horas.
El miércoles por la tarde, luego de realizar varios allanamientos en el Sur de nuestra provincia, lograron desarmar una banda que ingresaba drogas en el Instituto Roca y luego la vendía.
La investigación, que se había iniciado hace varios meses, fue dirigida por el fiscal federal Pablo Camuña y realizada por la Agencia Antidrogas Tucumán de la Policía Federal.
En el Barrio Alejandro Heredia, en el allanamiento a una familia se detectó que tenían cuatro puntos de venta de sustancia en ese vecindario y en 11 de Marzo. Fueron secuestradas 180 dosis de cocaína, dinero en efecto y un arma de fuego, quedaron detenidos tres hombres y tres mujeres, por orden del juez federal Fernando Poviña.
Fuentes judiciales confirmaron que se realizará una exhaustiva investigación para lograr llegar a saber el sistema de ingreso de droga en el instituto. Todo hace pensar, que utilizaban a los menores que se encontraban allí.
