La foto que fue tapa de la revista Noticias el 3 de marzo de 1996 se convirtió en el principio del final para José Luis Cabezas. La imagen del empresario Alfredo Yabrán, caminando junto a su esposa en las playas de Pinamar, significó la sentencia de muerte para el fotógrafo.Aquel retrato, símbolo del poder de los años 90, marcó al periodismo argentino y también a la familia Cabezas. Veinte años se cumplieron del macabro crimen del fotógrafo, símbolo de una
“Mañana llega el tío”, le dijeron a Gabriel Michi, compañero de trabajo y amigo de José Luis, para avisarle que Yabrán arribaría a la ciudad balnearia para comenzar sus vacaciones. “No lo querían llamar por el nombre y el apellido porque la gente tenía mucho miedo”, recordó Michi al sitio Infobae.
Yabrán se ufanaba de que los medios no tuvieran imágenes suyas. Se le atribuye una frase: “Sacarme una foto a mí es como pegarme un tiro en la frente”. Y decía que ni siquiera los servicios de inteligencia tenían su retrato. Por eso la instantánea tomada por Cabezas fue una lanza en el talón de Aquiles del empresario multimillonario, y la primera bala que mató a José Luis. Pero también fue una obra periodística. Fue el destape de una vida oculta y marcada por los negocios entre el sector privado y el Estado.
Todo el periodismo estaba detrás del famoso empresario a partir de una denuncia que había realizado el entonces ministro de Economía del gobierno de Carlos Menem, Domingo Cavallo. “Hay una mafia enquistada en el poder y su jefe es Alfredo Yabrán”, declaró en público el funcionario. La prensa lo buscaba pero no lo encontraba. No sabían cómo era su rostro. Su figura nunca había trascendido en los medios de comunicación.
Fuente: Infobae.