A simple vista, la foto muestra a dos jóvenes disfrazados de egipcios, con muy poca ropa, abrazados y pasándola bien en una fiesta. Pero si se observa bien sus rostros -muy maquillados, por cierto – no hay dudas sobre la identidad de ellos: son, nada más y nada menos, que Ricardo Fort y Guido Süller. La imagen es inédita y le llegó, de forma anónima y por mensaje privado de Instagram, al mediático.
“No tengo el original de esa foto. Alguien me la mandó, le escribí a esa persona, pero no me contestó más. O me bloqueó o me dejó de seguir, eso me pareció rarísimo. Tiene que ser una persona de mi edad más o menos, de la edad de Ricardo”, confirmó Süller en diálogo con Teleshow. Y, en ese sentido, remarcó que no está trucada: “Yo me conozco mi cuerpo y el de Ricardo. Es auténtica y además la recuerdo perfectamente, porque era la segunda vez que nos disfrazábamos de egipcios. La primera vez nos disfrazamos con trajes diferentes, pero a él le molestó que yo mostraba demasiado, me arrancó el traje y nos peleamos, así que no pudimos ir. Y la segunda fiesta quedamos de acuerdo que íbamos a ir los dos iguales”.
Pero más allá del origen de la postal, verla le trajo innumerables recuerdos. “Me dio mucha emoción porque hay cosas en mi memoria que ya de a poquito se van borrando y de repente que aparezca esto, se me abrió un abanico. Me acuerdo jovencito, riéndonos, bailando, seduciendo a todo el mundo, alegres y llenos de esa libertad que había sido prohibida durante nuestra adolescencia. Fue muy emocionante verla, por eso traté de comunicarme con esta persona, que tenía cuenta privada y que no tenía foto. Pero debe ser alguien que estaba en la fiesta ese día”, comentó.
Y detalló el contexto de la imagen: “Esto sucedió hace más de 30 años, en el ‘88. Los millonarios gays argentinos hacían fiestas e invitaban a chicos lindos, y nosotros éramos los chicos lindos. Pero no éramos prostitutos, éramos terriblemente seductores y queríamos que todos mueran por nosotros, pero en realidad éramos pareja, entonces jamás nos íbamos con nadie”.
Guido recuerda que por esos años, apenas un tiempo después de finalizada la dictadura, se estilaba mucho disfrazarse. “Veníamos de la época de los militares, que no se podía hacer nada, y de repente había como una alegría en los argentinos porque habíamos recuperado la democracia y una forma de festejarlo era disfrazándonos, pintándonos y poniéndonos cosas. Nosotros éramos jóvenes y lindos, por eso estamos semi desnudos, porque éramos el bocadito que todo el mundo se quería comer. Eran fiestas para homosexuales en casas privadas porque casi no había boliches gay, no estaban permitidos”.
Volviendo al presente, el hermano de Silvia aprovecha para aclarar el motivo por el cual no formará parte de la serie que contará la vida del empresario chocolatero. “Me convocaron, pero me dieron un papel insignificante y no acepté. Me dijeron que tenía que estar en el cuarto capítulo, pero yo fui su primera pareja. Querían que esté como entrando a un museo, mirando entre miles de personas la ropa de él, como si fuera un fan. Me ofendió porque me trataron como que estoy inventando todo, así que por eso también me alegra que haya aparecido esta foto. Fuimos pareja y hasta vivimos juntos en Punta del Este, están tergiversando la verdadera historia”. Y destacó: “Yo a Ricardo lo amé por su corazón y no por su billetera. Él cuando salía conmigo no tenía un mango, pagaba yo porque él no trabajaba y los padres no le daba porque querían que él trabajara en la fábrica y él no quería”.
Por último, se refirió a las internas familiares que se desataron luego de la muerte de Gustavo Martínez, ex del mediático y quien había quedado a cargo de sus hijos, Marta y Felipe. “Pienso como que ya lo borraron, Gustavo dio la vida por esos chicos y no recibió a cambio lo que él esperaba. Él esperaba más amor, más cariño, más agradecimiento y los chicos de ahora son más fríos. Estos chicos descubrieron el dinero y el dinero te hace frívolo. La nena no, pero Felipe me parece que está teniendo actitudes extrañas, pero no soy ni médico ni nada para juzgarlo. Pero me asusta un poco su mirada”, Y cerró: ”Tanto Gustavo Martínez como yo, fuimos las únicas dos personas que lo amamos por su corazón”.
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