María Cash tendría 36 años. Se acaban de cumplir siete años de su desaparición, ocurrida el 8 de julio de 2011, cuando fue registrada por una cámara de seguridad de la estación de peaje de Aunor, en el ingreso a Salta. Esa imagen no dejaba ver su cara. Sólo su andar errático. Que iba y venía.
Ahora, a partir de distintos retratos de María Cash, un equipo especializado de la Policía Federal Argentina (PFA) difundió un nuevo retrato “envejecido”, que estima cómo se vería hoy la diseñadora porteña. La familia Cash dijo: “Esa no es María”.
“No sé quién realizo el retrato, si la Policía Federal Argentina o Gendarmería, pero deja bastante que desear y confunde. Porque una persona, a esta edad (María Cash desapareció cuando tenía 29), no cambia tanto en siete años”, dice Máximo Cash, hermano de María.
El foco está en la nariz de la diseñadora, que se ve muy distinta a la del resto de las fotos que se difundieron durante su búsqueda. También se ven algunas líneas de expresión en su frente y la imagen final de una María Cash con el pelo con brushing y maquillada. Algo que dista mucho del aspecto más natural del retrato que desde siempre mostró la familia -en marchas, notas gráficas y entrevistas en televisión-, con su pelo ondulado en las puntas y una flor roja al costado.
El viaje y la desaparición
El 4 de julio de 2011, María Cash salió de su casa en Barracas rumbo a la provincia de Jujuy, donde se iba a encontrar con Juan Pablo Dumon, un compañero de yoga, quien la ayudaría con un lugar donde vivir y trabajo.
El misterio surgió cuatro días después, el 8 de julio, cuando fue grabada por última vez por una de las cámaras en el ahora ex peaje Aunor, de la ruta nacional 34, en Salta. Estaba haciendo dedo para dirigirse a Jujuy.
Se subió a una camioneta Chevrolet que la llevó hasta la rotonda General Güemes, para luego empalmar con la ruta 34 hacia el sur. Volvió a hacer dedo hasta pasar el peaje de Cabeza de Buey de la ruta 34 y se bajó del vehículo que la llevaba, sin dar explicaciones, en el paraje de la Difunta Correa. No se sabe por qué se presentó en un consultorio médico de Jujuy, a 73 kilómetros de distancia; ni cómo llegó allí.
Cuando salió del centro médico en el pasaje Sánchez de Bustamante número 233 de San Salvador de Jujuy, a las ocho de la noche, María Cash no dejó más rastros.