La Confederación General del Trabajo (CGT) subrayó que va “a seguir todo los pasos” para que se beatifique a Eva Perón , ante lo cual anticipó que va a “llenar de testimonios” el planteo formal al Vaticano para dar cuenta de milagros que se le atribuyen a la referente del Partido Justicialista y ex primera dama.
“No queremos comprometer al Papa. Vamos a seguir todos los pasos”, remarcó el secretario general de la Unión de Empleados Judiciales de la Nación (UEJN), Julio Piumato. En diálogo con Futurock, el secretario de Derechos Humanos de la CGT indicó que la actual conducción retomó “un trámite que había iniciado la propia central obrera en 1952 tras la muerte de Evita y que quedó frustrado por el golpe de 1955”.
“Queremos que se declare formalmente lo que ya es un sentir popular. Evita está en los altares de millones de hogares del país y la adoración que tiene el pueblo hacia ella está fuera de toda discusión”, sostuvo el exdiputado nacional.
Tras señalar que la iniciativa de la Confederación General del Trabajo (CGT) tiene “mucho apoyo de los curas villeros”, Piumato afirmó que “la vida de Evita es una obra milagrosa”.
El pasado miércoles el Consejo Directivo de la CGT le había pedido al arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, que iniciara el proceso de beatificación para convertir en santa a María Eva Duarte de Perón, lo que ya había sido anticipado al propio Sumo Pontífice en mayo pasado.
Para que el pedido de la CGT se concrete, las reglas del Vaticano en primer lugar establecen que un sacerdote debe postular a un candidato para su beatificación y el primer paso consiste en aceptar los motivos del postulador, que debería ser un cura de donde era el candidato, en este caso Buenos Aires, por lo cual la solicitud recayó en Poli.
Luego, se deben reunir testimonios de quienes hayan conocido al postulante, y antes de considerarse la beatificación y canonización, el caso debe ser aceptado en la Santa Sede donde se declara a la persona “sierva de Dios”.
Para culminar el proceso, se le debe atribuir al postulante la realización de dos milagros, aunque si la persona fue reconocida como mártir el papa Francisco podría obviar el milagro, ya que no es necesario para su beatificación.