El expediente referido a la causa de la muerte de Natalia Vargas aún no ingresó a la fiscalía de turno, en manos de la fiscala Carmen Reuter, funcionaria que cumple tareas durante el receso judicial que se extenderá hasta el 31 de enero.
La joven, de 28 años, falleció el viernes pasado tras caer de un parapente. Había salido de la pista Loma Bola, en el cerro San Javier. En ese momento, la fiscala Mariana Rivadeneira se hizo cargo del caso y ordenó una serie de medidas de prueba que se siguen llevando adelante.
La Justicia intenta determinar los motivos por las que la médica cayó al vacío desde más de 120 metros. Para ello, se solicitó en un inicio un rastrillaje en la zona de la tragedia, con el objetivo de hallar la cámara que habría llevado la joven desde el inicio del vuelo y se habría extraviado luego.
La fiscala dispuso, además, el secuestro de los equipos de vuelo del piloto Ariel Salazar. Con esta orden se intenta determinar si hubo fallas en el sistema de seguridad. Está prevista la realización de un análisis técnico del parapente, en particular de los instrumentos de resguardo, gestión que concretará un perito especializado, según informaron fuentes judiciales. Hoy, la causa contempla la figura de homicidio culposo.
La familia de la médica solicitó el secuestro de la cámara go pro del piloto. Los parapentistas suelen cargar este tipo de dispositivo durante los vuelos. “La cámara no aparece. Se pidió a la Justicia que la busque”, había manifestado Juan José Vargas, padre de Natalia.