Por José Romero Silva- El frente de la principal Iglesia tucumana, lleva más de dos años sin ser restaurado. El templo, construido cuando se realizó la fundación definitiva de la ciudad de San Miguel de Tucumán en 1685, luce en su interior paredes llenas de humedad y mal olientes, bancos rotos, confesionarios en mal estado y un sinfín de obras inconclusas.
El martes 29 de Abril del 2014 un trozo de alrededor de un metro de una moldura del frente de la Iglesia Catedral cayó sobre la vereda desde una altura de seis metros. Desde ese día, una precaria galería cuidaba a los transeúntes que circulan por la vereda del templo tucumano. Esta “protección” fue retirada hace algunos meses, previa revisión de las mordeduras, que aún siguen con peligro de derrumbes y que están a la vista de todos.
Solo fueron promesas
En mayo del 2014, el párroco de la Iglesia, Marcelo Barrionuevo, anunció a los medios de prensa que comenzarían con las refacciones en el templo. “La Catedral necesita ser restaurada, se trata de un trabajo total en el techo, el tema del agua, son caños que tienen cerca de 100 años”, expresó. De estas obras solo se hicieron las de la cúpula porque peligraba su estabilidad, señalaron fuentes de la Catedral a Tucumán Sin Filtro.
La Iglesia tucumano esperaba hasta el año pasado que se haga efectivo un “aporte subsidiario de la provincia y de la nación”, gestión que había realizado el Monseñor Alfredo Zecca con su amigo el Ex Gobernador José Alperovich. Los aportes o subsidios oficiales nunca llegaron y las obras no se realizaron. “Presupuestamos, se realizaron todos los estudios museológicos para mantener en perfecto estado el templo, pero el dinero nunca apareció. Primero las elecciones y después las pos elecciones, donde lo que menos les interesaba era esto, no fue una prioridad”, expresó dolida la fuente que pidió que se reservara su identidad.
Trabajan a contrarreloj y sin recursos
Cuando Tucumán Sin Filtro visitó la Catedral, obreros trabajaban en la revalorización de los oleos del interior del edificio, obras que se están realizando con el aporte de los feligreses que dejan dinero en las alcancías y en las limosnas de las misas que se realizan en el lugar. Supimos también que se pidieron donaciones de pinturas para poder lograrlo, pero todo este esfuerzo no es suficiente para poder dejar en buen estado la iglesia que, en meses, será sede del Tedeum del Bicentenario y que seguramente será visitada por miles de personas en junio cuando se realice el Congreso Eucarístico Nacional.
Obras públicas de provincia o la Municipalidad Capitalina podrían aportar mano de obra y materiales para que el principal edificio católico vuelva a lucir sus galas para este año. Claro está que solo restan pocos meses para el 9 de Julio. El tiempo corre y así nos lo recuerda un reloj ubicado en la esquina del templo que marca los días, minutos y segundos para el gran acontecimiento. Manos a la obra.
El Congreso
El XI Congreso Eucarístico Nacional se celebrará del 16 al 19 de junio en la provincia, convocado para conmemorar el Bicentenario de la Independencia Nacional y atraerá a más de 30.000 congresistas y muchos otros peregrinos del país. El encuentro se realizará bajo el lema “Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos”. Están invitados sacerdotes de Perú, Chile y Bolivia como símbolo de los países que participaron de la independencia del virreinato del Río de la Plata. El mismo Papa Francisco participaría, incluso, a través de una video conferencia según se pudo saber.