El director del Cuerpo de Investigaciones Judiciales de la Fiscalía de la Ciudad de Buenos Aires, Enrique del Carril, reveló este jueves que investigan al menos siete casos de adolescentes que jugaron al macabro desafío de “La Ballena Azul” en Argentina.
Además del caso del adolescente de 14 años de San Juan que terminó hospitalizado tras intoxicarse al ingerir pastillas, “hay 4 casos más ya prácticamente confirmados” de menores de “entre 12 a 16” años que se lastimaron a sí mismos por participar en el juego suicida, a los que hay que sumar “3 ó 4 más que hay que confirmar”.
“Actualmente tenemos una investigación en curso y, como integrantes de la red 24/7 que agrupa a todos los fiscales que investigan cibercrimen en el país, podemos decir que tenemos algunos hechos a nivel país, nada aún en la Ciudad de Buenos Aires, aunque hay una denuncia que estamos estudiando todavía”, dijo Del Carril en declaraciones a la agencia Télam.
El funcionario judicial informó que en todos estos nuevos casos no se trató de intentos de suicidio propiamente dichos, sino que “fueron detectados en la etapa intermedia de autolesiones” cuando ya habían llegado a “grabarse la ballena en algún lugar del cuerpo”.
Uno de los adolescentes sobre los que pesan fuertes sospechas de haber sido víctima de este juego perverso vive en la provincia de Buenos Aires, mientras que los episodios restantes corresponden a “la región noreste de Argentina”, aunque Del Carril no quiso dar mayores precisiones.
El investigador explicó que en la mayoría de los casos, se trata de adolescentes que comenzaron a jugar alguna de las versiones de La Ballena Azul a partir de “grupos cerrados de Facebook” cuyos administradores, que no actuarían desde Argentina, luego envían los pasos a seguir por otras vías privadas.
“Tenemos información preliminar, pero no hemos detectado ningún grupo argentino. Hay alguno que quizás lo sea, pero no está claro que se trate de la Ballena Azul. Igualmente, los grupos se mezclan y ya no hay fronteras de países: con la globalización, a estos juegos se adhiere el que quiere adherir”, contó.
En su tarea investigativa, la fiscalía porteña constantemente participa de “reuniones de videoconferenecia con grupos de cibercrimen de Latinoamérica para que nos cuenten lo que pasa en sus países”, sobre todo aquellos donde la problemática es más pronunciada, con varios adolescentes fallecidos, porque “acá está recién aterrizando”.
El funcionario informó que a todos los casos fuertemente sospechados de corresponder a La Ballena Azul se llegó a partir de denuncias de sus padres que “detectaron una conducta que les llamó la atención” y el resultado de estas investigaciones aún es preliminar porque “son menores que aún están siendo entrevistados con Cámara Gesell en las fiscalías provinciales”, cuyos celulares están en proceso de ser peritados.
Más allá de estas denuncias sobre víctimas concretas, la Fiscalía está recibiendo una “catarata” de denuncias de “gente bienintencionada” que da cuenta de “grupos en las redes sociales o incluso viene con recortes de diarios”, que es lo que siempre ocurre “cuando estas cosas toman estado público”.
En este sentido, explicó: “A nosotros lo que nos interesa es dar con los organizadores de las versiones regionales de este juego, porque el original ya fue detenido en Rusia. El fiscal general (de la Ciudad) Luis Cevasco nos dio instrucciones precisas de iniciar una investigación y gestionar toda la información que está llegando”.