Por Mariana Romero-No se pusieron de acuerdo. Desde hace cuatro años, tres de los otrora hombres más importantes de la Policía no se hablan, según declaran ellos, por una mentira de la que se acusan mutuamente. Esta tarde, en un careo, algunas posiciones se acercaron y otras, por el contrario, se distanciaron más.
Héctor Brito era jefe de la Regional Norte. El 11 de marzo de 2006, asegura él, llamó por celular al ex jefe de Policía, Hugo Sánchez, y al ex subjefe, Nicolás Barrera. A ambos les dijo lo mismo, declara: que se había hallado un cuerpo, que era de mujer y que podría tratarse del de Paulina Lebbos, según le había informado el jefe de la comisaría de Raco, Enrique García.
Pese a que los informes de las compañías telefónicas le dan la razón, los dos destinatarios de las llamadas siempre lo negaron. De hecho, ya protagonizaron un careo en 2013, en el juicio en que se condenó a García por encubrimiento agravado.
Esta tarde, el enfrentamiento se repitió. Brito se sentó frente al tribunal, cara a cara con Sánchez y Barrera. Reafirmó sus dichos. “Yo les había dicho a ustedes que, por la indumentaria, García tenía, no digo la certeza sino muchas posibilidades de que sea ella (Paulina)”, comenzó Brito. Sánchez, de inmediato, reconoció que podía ser verdad. “El recuerdo que yo tengo es que desde la Secretaría (de la Jefatura) se me habla, yo estaba en mi domicilio”, comenzó. “Quizás usted puede haberme hablado, pero mi recuerdo es que me llamó el comisario (Dante) Bustamante. No descarto que usted me haya llamado, honestamente, no me acuerdo”, admitió.
Pero el cruce con Barrera fue mucho más tenso y no tuvo final feliz. “Vuelvo a decir: yo marqué su teléfono y me atendió usted. La información fue la misma, como ya lo dejé claro”, disparó Brito. Pero Barrera lo negó, al principio, con calma, pero luego, en tono de voz elevado. Ambos no dejaron de mirarse a los ojos y de interrumpirse mutuamente, mientras Sánchez parecía más relajado tras decir lo suyo. El ex subjefe se mantuvo firme en su postura de que él no atendió el teléfono sino uno de sus subordinados.
“¿Sabe lo que pasa? Yo no me voy a conformar con hablar con su secretario, yo le voy a insistir que me pase. Yo no entiendo por qué (dice lo que dice) si al final usted terminó yendo (al lugar del hallazgo), como todos”, lanzó Brito. Barrera, sin embargo, continuó negando esa versión y sostuvo que uno de sus empleados le dijo del hallazgo, sólo mencionando que se trataba del cuerpo de una mujer.
“Yo con ustedes (Barrera y Sánchez) me dejé de hablar por cuatro años por este tema”, reclamó Brito. “Sus cuestiones personales a mí no me conmueven”, le contestó Barrera; “yo hablé con usted”, fue la respuesta; “yo no recuerdo eso”, retrucó Barrera, que comenzó a tutearlo y a levantarle la voz.
”Reafirmo que vos a mí no me hablaste. Y sobre tus cuestiones personales, de que no me hablabas, a mí no me interesa. Nosotros jamás hemos compartido nada”, fogoneó Barrera a su anterior subordinado. Y continuó: “lo que sí te puedo certificar es que sí, las llamadas están en mi celular, pero yo no atendí”.
Brito, en ese momento, dijo la frase más llamativa del careo: “¿vos te crees que si yo te llamaba al fijo te ibas a hacer cargo?”, en referencia a que una llamada a una dependencia policial luego no probaría que fue él quien le dio la información. Más tarde, en el cuarto intermedio, Brito dijo a la prensa que en ese momento él no premeditó llamarlo al celular para dejar pruebas pero que, finalmente, así ocurrieron las cosas.
