El Tribunal que juzga el crimen de Paulina Lebbos lanzó una severa advertencia contra los abogados defensores por considerar que inducen a los testigos a responder de determinada manera.
“Yo advierto a las defensas que la próxima vez que introduzcamos información útil para que el testigo responda algo les voy a hacer un llamado de atención y voy a comunicar al Colegio de Abogados. Están advertidas las defensas”, dijo el presidente del Tribunal, Carlos Caramuti, sobre el final de la jornada.
La tensa situación se vivió cuando declaraba Sergio Goitea, un lugareño de Tapia que, junto a su hermano Marcelo, encontró el cuerpo de Paulina a la vera de la ruta 341. Los jóvenes fueron obligados por los miembros de la comisaría de Raco a declarar que en realidad había sido la Policía quien hallói el cadáver durante un rastrillaje.
La declaración se fraguó al día siguiente del hallazgo en una oficina de la comisaría de Raco. En el sitio, además del ya condenado por encubrimiento Enrique García (jefe de esa dependencia), habría estado presente Waldino Rodríguez (imputado en este juicio por encubrimiento), un policía retirado de Raco a quien uno de los Goitea fue a buscar cuando se halló el cuerpo. La discrepancia surgió a raíz de una contradicción en la declaración de Sergio Goitea.
El lugareño dijo esta tarde que el imputado, si bien estaba en la comisaría donde se adulteraron las pruebas, no se encontraba en la habitación donde se realizó la falsa declaración. Sin embargo, se le leyó una declaración realizada por él mismo en 2013 en la que aseguraba que Rodríguez sí se encontraba allí, presenciando el delito.
Cuando se le pidió al testigo que diga por qué el cambio en la declaración, el joven guardó un largo silencio y teminó esbozando un “no recuerdo” a media voz. El tribunal y el fiscal comenzaron a reformularle la pregunta. Entonces, el abogado de Rodríguez, Carlos Posse, interrumpió el interrogatorio sin pedir la palabra remarcando “ya dijo que no recuerda, dijo que no recuerda”.
El fiscal coadyuvante, Diego López Ávila, reclamó que Posse estaba induciendo al testigo a responder de esa manera. El tribunal interrumpió el interrogatorio y pidió a Goitea que espere afuera hasta que se resuelva la cuestión. Fue entonces cuando lanzó la advertencia no sólo a Posse, sino también a Andrés Villalba, defensor de Roberto Gómez, imputado por el homicidio.
Cuando volvió el testigo a la sala, la pregunta finalmente no pudo ser formulada porque ya se sospechaba que el testigo había sido inducido a responder que no recordaba.
