Ayer, alrededor de las 8 de la mañana, un micro que viajaba por la ruta 9 hacia nuestra ciudad evadió un control de Gendarmería en el puesto de peaje de Molle Yaco, fue detenido 500 metros después y terminó incendiado en un presunto intento de destruir drogas que transportaba. Los gendarmes intentaron revisar la carga, pero un grupo de personas causó disturbios, prendió fuego al micro y rompió las ventanillas a pedradas.
El incidente, filmado por un gendarme, ya está en manos de la Justicia federal. El fiscal Agustín Chit y el juez federal José Manuel Díaz Vélez investigan si el incendio fue intencional para quemar droga y si hubo sobornos para evitar controles. Los choferes del micro están detenidos, y no se descarta que se realicen más arrestos.
El micro había salido de Orán el lunes por la noche y regresó ayer con unas 40 personas que compran mercadería al por mayor en Bolivia para vender en la provincia. Los pasajeros, coordinados por un tal “Papichulo”, invirtieron hasta $1 millón en esta actividad.
Según testigos, los pasajeros podrían haber pagado al coordinador para evitar controles. Al no cumplirse el acuerdo, estallaron en ira. Se sospecha que el soborno pudo haberse dado en dos puntos: Los Naranjos, en Salta, y Cabo Vallejo, en el límite provincial, con la participación de gendarmes.
El jefe de Bomberos de Trancas, Cristian Sobrecasas, declaró a Canal 10 que los pasajeros no intentaron salvar sus pertenencias y obstaculizaron el trabajo de los bomberos. El fiscal Chit ha ordenado pericias para confirmar si el micro transportaba marihuana o cocaína. Además, busca identificar a todos los pasajeros para recabar información y localizar al coordinador “Papichulo”.
Las cámaras de seguridad del peaje serán revisadas para investigar si el micro pasó sin pagar con un simple cambio de luces, lo que podría confirmar un posible soborno. La investigación sigue en curso para esclarecer los hechos y responsabilidades.
Fuente: La Gaceta
