En las últimas semanas, los precios de los alimentos en Argentina han experimentado un aumento generalizado, generando preocupación en medio de la incertidumbre por la segunda vuelta de las elecciones generales. La carne vacuna, uno de los productos básicos en la dieta argentina, no ha escapado a esta tendencia, registrando aumentos que oscilan entre el 15% y el 20%, según informes de diferentes mercados.
Este incremento ha tenido consecuencias directas en las carnicerías, donde los comerciantes reportan una disminución significativa del 60% en el consumo de carne vacuna. En contraste, se observa un aumento en la demanda de pollo y cerdo, impulsado por su precio más accesible. Los consumidores buscan ofertas y opciones que se ajusten a sus presupuestos familiares.
Javier, un carnicero entrevistado, señaló que una nueva dinámica de compra se ha vuelto común, con la gente adquiriendo carne al principio del mes, lo que provoca una disminución gradual en las ventas a lo largo de los días. Los viernes, sábados y domingos son los días de mayor consumo, según el comerciante.
Los cortes que más han visto aumentos significativos incluyen el filet, la picana, el peceto y la colita de cuadril. Ante la crisis económica, las ventas de menudencias, hígado y carne molida han ganado protagonismo, ya que la gente busca opciones más económicas.
Un informe de la Universidad Argentina de la Empresa (Uade) destaca la preocupante caída del poder de compra del salario en relación con el kilo de asado. En enero de 2017, un salario promedio permitía comprar 189 kilos de asado, mientras que en septiembre de 2023, solo alcanza para adquirir 132 kilos, representando una disminución de 57 kilos.
Adicionalmente, el estudio revela incrementos significativos en el precio del pollo y el pechito de cerdo en los últimos años, lo que contribuye a la tendencia a la baja en el consumo de carne vacuna. A pesar de que Argentina ostenta el mayor consumo per cápita de carne a nivel mundial, las cifras indican una transformación en los hábitos alimenticios de la población.
En este contexto, los carniceros expresan su preocupación y no descartan la posibilidad de nuevos aumentos después de las elecciones, en un escenario de incertidumbre política y económica que continúa afectando los precios de los alimentos y la vida cotidiana de los argentinos.
Fuente: La Gaceta