A principios de 2015, varios drones sobrevolaron el Palacio del Elíseo (la sede del Presidente de la República Francesa) y una zona militar restringida de Bretaña. No hubo ningún ataque, pero las alarmas saltaron en el gobierno francés.
De un tiempo a esta parte, los ejércitos de todo el mundo han comenzado a utilizar drones como las principales armas en los territorios civiles. Sin embargo, también han comenzado a ser utilizados por los terroristas.
Según informó Associated Press, los terroristas compran los drones en tiendas de juguetes y los modifican para convertirlos en armas o dispositivos espionaje. Hace unas semanas, soldados iraquíes fueron atacados con una pequeña bomba lanzada con este método.
Así que cada vez más países están creando métodos para combatirlos.
“Las águilas no solo pueden detectar un dron a miles de metros, sino que evitan el riesgo que representaría usar armas de fuego en zonas con mucha población o con mucho tráfico aéreo. Además, dado su tamaño y fuerza, están mejor capacitadas para este trabajo que otras aves rapaces que también podrían hacerlo, pero que pueden estar en desventaja frente a un dron que no sea pequeño”.
La primera camada está compuesta de cuatro águilas. Siendo francesas, no podían tener otros nombres: d’Artagnan, Athos, Aramis y Porthos.
Los mosqueteros aéreos comenzaron a entrenarse el pasado verano, picoteando la carne del dorso de los drones guiados por sus entrenadores. Toda la maquinaria utilizada está hecha de cuero y Kevlar, además de no incorporar material explosivo, así que los animales no han sufrido ningún peligro durante el entrenamiento.
Varios meses después de que iniciaran su las prácticas, las águilas ya están listas para pasar a la acción. Después de la primera camada, prepararán a nuevas aves para el ejército. Si actúan tan bien como lo han hecho hasta el momento, pueden ser un gran azote contra el terrorismo más radical.
fuente: lanacion.com.ar