El nombre es reconocible dentro de un universo que sólo se concibe en la circunstancia de una causa en común: cada uno quiere que se haga Justicia en razón de ese nombre. Y que esa Justicia se obtenga lo más rápido posible.
Por eso la consigna, “Basta de gatillo fácil” tronó entre los cientos que se sumaron a la marcha realizada en Plaza Independencia: la memoria de Miguel Reyes era suficiente razón para que todos se hicieran eco de un pedido en común. Reyes falleció a causa de una bala de posta de goma disparada por un policía en San Cayetano, el último 24 de diciembre. El proyectil impactó en la cabeza del muchacho, dejándolo en estado de coma durante más de 20 días. El hecho registrado en Belisario López al 900 tiene como marco la disputa violenta que se da como derivación de lo que se denomina “narcomenudeo”.
La versión policial indica que el joven empuñaba un arma con la que le apuntó a los efectivos que habían acudido al lugar luego de que se produjera el asalto al empleado de una empresa de video cable.
Sara Mrad, una de las referentes de Madres de Plaza de Mayo fue una de las personas que acompañó a Ana Reales, la madre del joven asesinado. Durante estos meses, la mujer viene denunciando amenazas e intimidaciones de todo tipo para que no impulse la causa que se tramita en la Justicia Penal.
“Una de esas amenazas se concretó cuando estaba mi hijo internado y me insultaban por teléfono….días después él fallecería”, dice Reales. Entre quienes acompañaron a Reales también estaba la familia de Daiana Garnica, cuya desaparición es otro de los grandes enigmas que existen hoy en Tribunales.