Facultad de Medicina de la UNT: ¿Prestigio en extinción?

Publicado el: 27 febrero, 2017

El reconocido medico tucumano Raúl Schwam escribió una columna sobre la mala educación que estaría impartiendo para Facultad de Medicina de la UNT. LA falta de docentes, el excesos de los alumnos y la falta de docentes calificados son algunos de los puntos que resalta en su escrito el especialista tucumano, que según el galeno hacen que esta histórica carrera pierda calidad.

El texto, publicado en el Diario La Gaceta:

Se están produciendo situaciones académicas inauditas en la Facultad de Medicina, la cual nació digamos de la iniciativa brillante de próceres fundadores como el profesor Descole y el profesor Juan Dalma. En esa época el gran entusiasmo y el sueño de la excelencia, nacido de los modelos europeos, nos brindaron profesores notables como C. Landa, M. Kirschbaum, N.Herrera, J. Schujman, etcétera, que daban clases magistrales que electrizaban y estimulaban a los alumnos. Los exámenes se realizaban como un acto solemne, con un tribunal constituido por el profesor titular, y profesores adjuntos o materias afines, a fin de garantizar la ecuanimidad en las notas obtenidas por los alumnos.

En el momento actual, debemos analizar distorsiones que están ocurriendo en dos situaciones distintas. La primera: los excesos de los alumnos o de las agrupaciones estudiantiles, que con sus criterios populistas pretendían y aún pretenden ingresos irrestrictos, exámenes mensuales o quincenales, que en épocas nefastas, exigían con descaro a las autoridades universitarias, sin entender que una profesión universitaria requiere cupos, relacionados con las necesidades e interés de cada país.

El segundo criterio, tanto o más grave en lo académico, es lo que esta ocurriendo en esta Facultad. 1º Se ha extinguido el profesor académico, de clases brillantes que adornaba con entusiasmo, la filosofía de su materia. Actualmente en su lugar se encuentra el profesor de escritorio, que solo ejecuta directivas y organigramas. 2º Hay cátedras que no tienen profesor titular, que están a cargo de un adjunto, o se eterniza un “reemplazante”, con un currículum tal vez no aceptable por las autoridades que rigen la excelencia académica en nuestro país.

Debo aceptar que desconozco en profundidad cada caso y por ello me disculpo, pero se debe aceptar que todo ello es vox populi; por este motivo no deseo entrar en polémica con descargos públicos de las autoridades competentes.

Hay un ejemplo que nadie puede negar, durante un período largo de tiempo la cátedra de Anatomía Patológica estuvo “a cargo” del ¡profesor de una cátedra de Cirugía!

3º) Finalmente así como hay apatía con respecto a los estudiantes en cuanto a la profundidad de su preparación, también hay incongruencias y es un hecho bastante grave lo que ocurre en las mesas examinadoras, las que se han transformado en vez de un acto académico trascendental de suma responsabilidad, en una banalidad administrativa. Antes se constituían para formar las mesas examinadoras, un tribunal constituido por tres docentes para tomar exámenes: el profesor titular, eventualmente un jefe de trabajos prácticos o en su defecto un profesor de una materia afín. Actualmente, para examinar un grupo tal vez no numeroso de estudiantes, “se reparten” los alumnos para ser evaluados: entre el profesor y dos o tres jefes de trabajos prácticos, en entrevistas de exámenes individuales. Lo más grave es que este importante acto de evaluación, se transforma en una entrevista, como dijimos individual, y el alumno “está a merced” de la simpatía o antipatía de quien realiza la evaluación.

Se dan casos por ejemplo que un examen de Patología lo constituya: un jefe de trabajos prácticos de la materia y un jefe de trabajos prácticos“ de Pediatría. Otros casos: un profesor de Farmacología toma examen a 8 alumnos: uno que ha sido preparado por el mismo profesor, lo aprueba y los 7 restantes son reprobados, lo que da lugar a susceptibilidades de arbitrariedad.

Cabe en estas situaciones hacer una reflexión: ¿está un jefe de trabajos prácticos, la mayoría de los cuales no ha aprobado la Carrera de Docencia, poseer la formación necesaria exigida para realizar una evaluación mínima de exámenes, y sobre todo sin supervisión del profesor titular y en forma totalmente individual? Mi reflexión: ¿No es más importante realizar los exámenes por medio de Múltiple Choice? Sistema aprobado en todos los países del primer mundo, que permite saber en forma concreta 1º si el alumno tiene conocimientos suficientes para aprobar la materia correspondiente. 2º tener la seguridad que el alumno no queda humanamente expuesto a merced de caprichos docentes. 3º Hay una reglamentación estricta de “Múltiple Choice” en la mayoría de las universidades, que impiden en las preguntas requerimientos capciosos, 4º finalmente la prueba escrita es una prueba inapelable para reclamos tanto para el alumno como para el docente.

Como corolario, la pretensión, de esta nota es llamar a la reflexión al Cuerpo Docente para que vuelva a reinar la excelencia académica, el Curriculum adecuado y que el alumno no se sienta “a merced” de situaciones personales, o del humor del examinador autorizado de turno.

 

 

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