El esguince es la distensión del ligamento, el cual es un estabilizador pasivo en una articulación, y ocurre cuando en algún movimiento va más allá de los rangos permitidos. Como consecuencia se distiende en exceso y puede llegar a lesionarse, explica el referente del área de Traumatología de la dirección de Rehabilitación del PRIS y kinesiólogo del hospital Padilla, Ignacio Arbeloa Viaña.
Además señala que se clasifican en diferentes grados: l es sólo la distensión sin roturas, el grado ll cuando hay una ruptura parcial de la fibra del ligamento y lll cuando hay una ruptura total, una de las lesiones más graves en la articulación ya que la misma queda muy inestable.
Para ello, comenta el profesional, es necesaria una evaluación clínica y diagnóstico por imágenes para determinar el grado de esguince que existe. Esto puede ocurrir en cualquier lugar del cuerpo, en la mano, en la muñeca, el codo, el hombro. Entre los más conocidos están los esguinces de tobillo, rodilla, muñeca y codo.
Sobre el tratamiento, el especialista agrega: “Hay determinadas lesiones de algunos ligamentos que se actúa sólo en la sintomatología y no se llega a grados quirúrgicos, como en la ruptura del ligamento lateral de la rodilla, otros ligamento o dado la inestabilidad articular que pueda llegar a provocar, si debe tener resolución quirúrgica y/o rehabilitación”.
En cuanto a las características del dolor, lo describe como bastante intenso, un dolor quemante e incluso de tipo punzante que deja la imposibilidad de movilizar la articulación.
Lo ideal es la consulta con el traumatólogo para su evaluación clínica, quien indicará si es necesario recurrir al diagnóstico por imágenes y de acuerdo a ello, la indicación médica será un tratamiento que incluya reposo, inmovilización, hielo y antiinflamatorios.
A partir de allí se puede indicar rehabilitación, donde se hace el tratamiento desde la aparatología y de la movilización de la parte kinesiológica para restablecer el movimiento adecuado y prevenir posibles nuevas lesiones.