A partir del 1° de mayo, se espera una nueva subida en el impuesto a los combustibles líquidos (ICL), lo que podría llevar a un aumento de al menos un 8% en los precios de la nafta y el gasoil en Argentina. Este incremento está relacionado con la actualización del tributo que las petroleras como YPF, Shell, Axion y Puma Energy podrían trasladar al surtidor.
La subida del ICL estaba prevista originalmente para contemplar la inflación del último trimestre de 2023, junto con la devaluación mensual del 2% impuesta por el Banco Central de la República Argentina (BCRA). Además, las empresas del sector han estado ajustando sus precios hacia valores internacionales.
Este aumento en el ICL sería la última actualización de los impuestos que habían sido postergados desde julio de 2021. La Secretaría de Energía estableció esta medida mediante el decreto 107. En lo que va del año 2024, los precios de las naftas y el gasoil ya han acumulado un alza promedio del 51,3%.
Guillermo Lego, gerente de la Confederación de Entidades de Comercialización e Hidrocarburos y Afines (CECHA), mencionó que aún es pronto para estimar el aumento exacto en los combustibles, ya que las petroleras deben considerar otras variables como la devaluación mensual del 2% y el precio internacional del petróleo Brent, que actualmente está en US$88,12 por barril y puede verse afectado por conflictos internacionales.
Lego también destacó que durante el tercer mes del año, el consumo de naftas y gasoil disminuyó un 12,13% interanual, con una caída aún mayor del 23,27% en la nafta de mayor calidad. Esto se debe en parte a la disminución del poder adquisitivo de los consumidores, que han optado por productos más económicos aunque de menor calidad.