Según el expediente, el domingo a la noche, Isaías Rojas (de 22 años) entró, junto a un cómplice no identificado hasta el momento, a la casa del agricultor saltando la tapia de un vecino. El dueño, al descubrir la irrupción en la vivienda, realizó un disparo al aire con su escopeta calibre 16, matando al joven. Hasta el momento, el productor de Lules no recibió ninguna acusación.
Sucedió que, el dueño de la propiedad estaba durmiendo en una pieza del fondo, vigilando que nadie intentara robarle el dinero que tenía guardado. Salió al escuchar ruidos y al descubrirlos, el minifundista realizó un disparo al aire con su escopeta y le dió a Rojas.
Los intrusos huyeron por el mismo lugar por el que ingresaron. Una hora después, la familia de Rojas lo llevó al Hospital Padilla, adonde llegó sin vida. Allí denunciaron que desconocidos lo habían tirado en la puerta de su casa y que no sabían lo que había ocurrido.
Horas después se presentaba en la comisaría de Lules el productor. Les dijo a los policías que él se había resistido a un robo y que estaba seguro de que había herido a uno de los asaltantes. Entregó la escopeta con la que disparó y llevó las imágenes que tomaron las cámaras de seguridad de su vivienda donde aparecen los intrusos.
El fiscal Ignacio López Bustos, que está al frente de la investigación, al entender que actuó para defender su vida, no le imputó delito alguno por el momento.
Rojas tiene numerosos antecedentes por haber cometido delitos contra la propiedad. Pero el más resonante fue haber integrado una banda que cometió dos violentos asaltos en junio de 2019.
En uno de ellos, los delincuentes se robaron siete cachorros que una familia estaba criando para venderlos y poder cubrir el costoso tratamiento médico al que debía someterse una niña.
Él se presentó ante el fiscal Diego López Ávila y devolvió los canes asegurando que los había comprado de buena fe. El investigador no le creyó y lo acusó de integrar el grupo de asaltantes. Nunca fue enjuiciado por ese hecho.