Y un día, este viernes, de pronto, todo se desbordó. Las campañas de aislamiento y los controles realizados en las calles durante todos estos días de cuarentena tendrán un antes y un después de este viernes con el caos que se apodera de los paisajes de muchas ciudades en todo el país, entre ellas, lamentablemente Tucumán.
La falta de logística y alternativas por parte de las entidades bancarias que van a contrapelo de otras que ya forman parte de una dinámica de atención diferente-home banking y pagos de forma remota-que son propias de los países avanzados.
Por ahora, el panorama que se ve en el centro de Tucumán es el peor imaginado: amontonamiento de personas por doquier que eleva la probabilidad de que el contagio de la temida enfermedad se extienda. Un brote de contagio que nadie quiere tener pero que pocos hicieron algo para que no se produzca.
Si las cifras de contagios se elevan podría llegar a ser catastrófico de acuerdo a los escenarios que hoy se ven en otras ciudades del mundo cuyas muertes provocan escalofríos e impotencia. Por eso, el escenario es más que preocupante teniendo en cuenta lo que dicen los médicos.
“El aislamiento se hace para evitar que el sistema de salud desborde y colapse”, repiten hasta el hartazgo. En los próximos días y semanas sabremos si esta preocupación al ver estas imágenes se traducen en casos concretos.
