Joaquín Herrera, un joven de 25 años apodado “Flaco Garza” o “Flaco Tito”, fue asesinado el sábado por la tarde de un puntazo en el corazón en el barrio Sarmiento, ubicado en el centro de la capital santiagueña. La policía inició una serie de redadas para encontrar al sospechoso, mientras que el vecindario se vio envuelto en la violencia y la sed de venganza entre dos grupos rivales.
El incidente ocurrió cerca de las 17 horas, cuando Joaquín fue atacado en la esquina de Rodríguez y Granadero Saavedra, cerca de la casa de su abuela. Según una versión, estaba con amigos cuando un individuo lo apuñaló. Otra teoría sugiere que fue interceptado por un viejo enemigo con quien había tenido problemas anteriormente. Joaquín fue llevado de urgencia al Hospital Regional, donde llegó sin vida debido a la herida en el corazón.
Después del ataque, el barrio se convirtió en un escenario de caos. Los amigos y familiares de Joaquín, en busca de venganza, tomaron las calles y se enfrentaron a los sospechosos. La policía, bajo la dirección del fiscal Martín Silva, desplegó fuerzas en los puntos críticos del barrio para evitar más violencia.
Durante la noche, se coordinó un operativo con un juez para allanar tres domicilios relacionados con el sospechoso: la casa de sus padres, su novia y otro familiar. La autopsia de Joaquín está programada para la mañana de hoy, y luego será entregado a su familia para el velorio.
El asesinato de Joaquín resalta el problema del narcotráfico en Santiago del Estero. La policía enfrenta un muro de silencio de los vecinos, quienes están involucrados en la venta y consumo de drogas. Estos individuos suelen negar información y complican la investigación.
El fiscal Silva continúa su labor para encontrar pruebas y detener al sospechoso. Mientras tanto, el entorno del acusado busca la ayuda de abogados para evitar una detención que parece inevitable.
Fuente: El Liberal