El Banco Central de Argentina decidió suspender la impresión de billetes de 1.000 y 2.000 pesos debido a que estas denominaciones han perdido valor por la inflación. En su lugar, el gobierno anunció que se enfocará en producir billetes de 10.000 y 20.000 pesos para adaptarse mejor a las necesidades actuales de efectivo en el país. Esta medida afecta directamente a la Casa de Moneda, la imprenta estatal encargada de producir billetes, que ahora enfrenta una posible inactividad completa.
La Casa de Moneda ya venía teniendo problemas para cumplir con la entrega de billetes debido a la alta demanda de efectivo. Con la nueva decisión del Banco Central, la producción de billetes de menor denominación se considera innecesaria, dejando a la imprenta en una situación incierta. Fuentes oficiales confirmaron que el gobierno había anticipado esta decisión semanas atrás, lo que podría llevar al cierre definitivo de la Casa de Moneda si no se encuentran nuevas tareas para su personal.
La dirección de la Casa de Moneda informó al personal sobre la suspensión de la producción, indicando además que aquellos empleados sin tareas asignadas deberán tomar vacaciones para reducir costos mientras se decide el futuro de la institución. Este cambio no solo afecta a la imprenta estatal, sino que refleja también la situación económica y la presión inflacionaria que enfrenta el país.