El Congreso de Tucumán precisó, en 1817, las causas y motivos por las cuales se postergó, hasta 1816, la declaración de nuestra independencia (1ª parte)

Publicado el: 27 febrero, 2016

Por Luis Iriarte.- Declarada la independencia en Tucumán, en las históricas sesiones de julio de 1816, el Congreso se trasladó a Buenos Aires. El 22 de octubre de 1817 expidió un importantísimo documento titulado “Manifiesto que hace a las naciones el Congreso General Constituyente de las Provincias Unidas en Sud América, sobre el tratamiento y crueldades que han sufrido de los españoles y motivado la declaración de su independencia”. Fue suscripto por su presidente, Dr.Pedro Ignacio de Castro y Barros, y su secretario Dr.José Eugenio de Elías. Este instrumento representa, por consiguiente, la interpretación auténtica de nuestro proceso independentista. Se explaya sobre cuestiones fundamentales que no pueden ni deben ignorarse en los festejos de nuestro Bicentenario patrio.

En su primera parte, este documento describe “las crueldades y motivos que impulsaron la declaración de Independencia”, afirmando que “los españoles se apoderaron de estos países, asegurando su dominación, exterminando, destruyendo y degradando”, con “planes de devastación” que “continuaron por espacio de trescientos años”, abarcando todos los ámbitos (economía, producción, industria, comercio, enseñanza de las ciencias, prohibición de entrada de extranjeros, exterminio de los naturales, legislación formada en España sin influencia alguna de los criollos). A pesar de toda esta detallada expoliación y de “haber sido tratados como rebaños de animales”, el documento sostiene que “Nosotros, sin embargo, separados de España por un mar inmenso, hemos dado el ejemplo singular de haber sido pacientes entre tanta degradación, permaneciendo obedientes, cuando se nos presentaban las más lisonjeras coyunturas de quebrantar su yugo”.

Precisaron, a continuación, cuales fueron esas coyunturas históricas en que pudieron liberarse del dominio hispánico, comenzando con la guerra de sucesión en la que combatían las casas de Austria y Borbón. “La América permaneció tranquila en todo ese período-precisaron-para correr la misma suerte de España”, defendiéndose y armándose por sí sola, para conservarse unida a ella”. “Nosotros-añadieron-sin tener parte en sus desavenencias con otras potencias de Europa, hemos tomado el mismo interés en sus guerras, hemos sufrido los mismos estragos, hemos sobrellevado sin murmurar todas las privaciones y escaseses. que nos inducía su nulidad en el mar, y la incomunicación en que nos ponían con ella”. Este párrafo del documento refiere al intrincado período bélico iniciado en 1740 con la sucesión austrìaca. A renglón seguido, mencionan la “ocasión mas halagüeña para hacerse independientes”, con motivo de las invasiones inglesas a nuestro territorio en 1806 y 1807, producidas luego de que la escuadra franco-española fuera vencida por Inglaterra en la batalla naval de Trafalgar (21 de octubre de 1805), consolidándose el predominio inglés sobre los mares, perdiendo España su integración con América por la interrupción del tráfico marítimo con el Río de la Plata. Pero esto y otros aspectos del documento de marras será materia de nuevos análisis, en sucesivas entregas de este enfoque sobre nuestra demorada declaración independentista.

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