Aceleraba su motocicleta cuando, de pronto, se escuchó la detonación y sintió como el pecho se le ponía rígido. Fue con el correr de los segundos que el sargento Roberto Marcos Sánchez entendió que había recibido un balazo. El proyectil habría impactado de lleno en su humanidad de no ser por algo que lo protegía. Lo que se interpuso entre el policía y la muerte era el chaleco antibala que llevaba colocado. De no haber tenido esa protección, es probable que estuviéramos hablando de un policía asesinado.
La acción tuvo lugar en la noche del miércoles mientras Sánchez participaba de una persecución de dos delincuentes en la ruta 312 en dirección a la localidad de La Florida poco después de que se perpetrara un robo. El efectivo iba en su motocicleta cuando uno de los malvivientes abrió fuego. Sánchez perdió la estabilidad en la motocicleta y se vio obligado a detener la marcha. Pero la bala no penetró la coraza del chaleco.
“Se salvó porque llevaba el chaleco. Es así de simple. El disparo fue certero pero no produjo nada importante. Aquí lo que se destaca es la decisión que tuvo el sargento. Uno dimensiona los riesgos hasta que se enfrenta a este tipo de situaciones“, reflexionó José Carlos Valdez, jefe de la Unidad Regional Este, a cargo del procedimiento.
Todo había comenzado cuando, alrededor de las 20, el policía realizaba junto a sus compañeros recorridos en Alderetes y Banda del Río Salí, en el marco de los operativos preventivos conocidos como “Ciudad Segura”. Mientras se encontraban en esa tarea, recibieron una llamada desde la Comisaría de Delfín Gallo. Un asalto acababa de cometerse. La descripción que recibieron fueron a la de dos delincuentes que iban en una moto marca Honda color negra en el preciso instante en que se daban a la fuga con rumbo hacia la localidad de La Florida. Allí fue Sánchez. Allí fueron sus compañeros.
Le tiraron a matar
Un kilómetro antes de llegar al ingreso a La Florida, los policías se encontraron con los sospechosos. Iban en la senda contraria por la misma ruta. Intentaban ocultarse detrás de un vehículo que llevaba una rastra cañera. Fue el momento en que Sánchez cambió de dirección. Los otros hicieron lo mismo. Empezaba la persecución que iba a tener un final violento.
Al llegar al paraje denominado “El Talar”, los sospechosos detuvieron su marcha, a la altura de una obra en construcción y desde allí, parapetado, uno de ellos abrió fuego contra el primero de los policías que encabezaba los móviles policiales.
que iba de acompañante hizo un disparo de arma de fuego al primer motorista que encabezaba la columna móvil. Tras recibir el impacto, Sánchez se detuvo sobre la banquina, acompañado de dos compañeros. Incrédulos por lo que acaban de presenciar, allí se dieron cuenta que había salido ileso.
Los policías continuaron con la persecución a través de unos cañaverales donde hay una cortada de ladrillos. Al llegar a un caserío, en una zona de monte, encontraron la moto que había sido abandonada por los sospechosos, quienes siguieron su fuga a pie internándose entre los matorrales. Poco después encontrarían la moto de los sospechosos.
La trayectoria del disparo
El impacto de bala atravesó el parabrisas que cubre el tablero de la moto: allí dejó un orificio de unos tres centímetros de diámetro y en su trayecto siguió hasta el chaleco, donde la bala hizo un orificio de un centímetro de diámetro, en la parte frontal, sin que llegara a impactar en el cuerpo .
Según explicó Valdez a TucSinTiltro, Sánchez se encuentra en buen estado. “Fue atendido por los médicos y contenido como corresponde. Hemos documentado todo lo sucedido y se continuará con la investigación”, explicó.
