En la medida en que avanza la pesquisa para dilucidar los pormenores del crimen del odontólogo Oscar Marcial, aparecen detalles como el que este jueves sorprendió a los investigadores, ya que expone la frialdad con la que habría actuado el principal sospechoso, el policía Mariano Vizcarra.
Según trascendió, todo apunta a que el uniformado habría ultimado al profesional en el Parque 9 de Julio, tras lo cual ocultó el cadáver en el baúl del auto, en el que poco después fue a jugar al fútbol con amigos, con total normalidad.
El detalle sobresale en la sucesión de eventos que, según cree el fiscal Carlos Sale, comenzaron con la desaparición de Marciial y culminaron con el hallazgo de su cuerpo en descomposición en un paraje cercano a Villa Padre Monti, a la vera de la ruta que conduce a Río Nío.
El itinerario que reconstruyó el investigador comienza el sábado a las 10, cuando el odontólogo fue a buscar una torta para su cumpleaños. Allí se habría encontrado con el policía, con quien mantenía una relación, y habrían decidido trasladarse hasta el Parque.
En ese lugar se habría producido una discusión entre ambos, que terminó de manera traumática cuando un disparo salió del arma reglamentaria de Vizcarra, impactando en el cuello de Marcial, lo que le provocó la muerte.
En lo que aparece como un intento de seguir su vida normal para no despertar sospechas, el policía fue a jugar a la pelota y a beber cerveza con amigos, dejando el cuerpo en el baúl del coche, que estacionó en cercanías del lugar, a la espera del último paso.
Todo indica que tras la juntada, Vizcarra condujo el Toyota Corolla de Marcial hacia el lugar donde arrojó su cuerpo. Conocedor de la zona, eligió un barranco de unos tres metros de profundidad por donde, según se sabe, la circulación es casi nula.
Todo el itinerario es por ahora una teoría, pero se podrá confirmar con facilidad cuando se acceda al recorrido que habría quedado registrado en el GPS del automóvil.
Lo que falta dilucidar se desprende de la declaración de la policía Fátima Cecilia Di Risio, quien habló del interés de Marcial por algunos de sus compañeros, a quienes no logró identificar, aunque el odontólogo les preguntó por ellos con nombre y apellido.
La sospecha es que Vizcarra y los otros uniformados usaban su tiempo libre para ofrecer servicios sexuales, incluso en books a los que se puede acceder en varios hoteles, tanto para hombres como para mujeres.