Elvira Lobo tiene 99 años y llegó a la escuela José Mármol para emitir su voto. Le ofrecieron acercarle la urna a la primera mesa, junto a la puerta de entrada, pero Elvira eligió caminar hasta la mesa donde le tocaba votar. Una de las historias para destacar que pueden contarse en Tucumán en esta jornada de elecciones presidenciales.
Otro caso similar se dio con Aurelia Carrizo, de 85 años, quien a pesar de tener “un problema en el nervio ciático” votó como lo hizo siempre. “Hay que cumplir con el deber cívico…yo siempre trabajé nunca me quedo quieta. Trabajé desde niña vendiendo pan, ropa o mercadería. Es la única manera de salir adelante”, dice Aurelia, profundamente convencida.
Mientras hablaba, se sentó en una silla que le acercaron en la Escuela Griet. “Es que ahora tengo que esperar a mi viejo”, explicaba. Tiene su misma edad y también votó en la misma escuela. Aplausos para ellos.
