Azul Carrizo es una de las ex jugadoras de Gran Hermano más recordadas del programa debido a que no solo conquisto a millones de televidentes con su fuerte historia de vida, carisma y dulce voz, sino que también fue la primera persona que se escapó de la casa sin previo aviso. Su repentina huida provocó un cambio rotundo en la competencia, ya que era vista como la gran ganadora del 2016. Después de mucho revuelo mediático, la mujer tomó la decisión de abandonar los medios, cambio su aspecto físico y se dedicó a seguir su gran sueño musical.
No se puede negar que el reality más popular del mundo ha cambiado la vida de decenas de personas, de hecho, a lo largo de sus diez temporadas visibilizo distintas problemáticas sociales y le dio nuevas oportunidades laborales a los hermanitos que buscaban mejorar su situación económica. A pesar de la sobre exposición que da la televisión, son pocos los jóvenes que pudieron adecuarse a los medios, mientras que muchos personajes tomaron la decisión de alejarse de todo e iniciar un nuevo destino, pero con un perfil completamente más bajo.
Nació dentro de una familia muy humilde y trabajadora de San Fernando del Valle de Catamarca, pero se mudaron a la Ciudad de Buenos Aires con fin de mejorar las condiciones laborales. Ángel y Marta, sus padres, lucharon durante toda su vida para mantener de la mejor manera posible a Azul y sus dos hermanos menores: Patricia y David. A pesar del esfuerzo diario que realizaban, nunca pudieron comprar la casa propia, por eso alquilaban un pequeño PH en el barrio porteño de San Telmo. A pesar de las carencias que vivieron en la infancia, los valores, la felicidad y el amor nunca faltaron, por este motivo cada uno de los chicos lucho para mejorar su destino.
Más allá de las cuestiones mencionadas, desde que era chica tuvo el sueño de dedicar su vida a la música y nunca perdió la esperanza de hacerlo, sin embargo, su camino no fue para nada fácil. Con el paso de los años, Carrizo se fue profesionalizando para poder colaborar en su hogar y se desarrolló como maestra de música, instructora de gimnasia y profesora de zumba, spinning y aerobox. En 2016 vio la convocatoria de Gran Hermano y rápidamente pensó que era una buena oportunidad no solo de mostrar su talento, sino que también creyó que era una manera honesta de mejorar la situación económica de sus seres queridos. Tras pasar los distintos castings, quedo seleccionada para ingresar a la casa y desde el primer momento causó sensación.
A seis años de la temporada en la que participo Carrizo, es imposible no recordarla. Esa primera noche se robó la mirada de todos, ya que ingresó con sus rastas de colores, los sorprendentes tatuajes de Hello Kitty, las Chicas Superpoderosas y Lisa Simpson y un pequeño acordeón lleno de figuritas infantiles. En su video de presentación, la mujer de 31 años aseguró que sería la alegría de la competencia, aunque también haría frente a quien se meta con ella. Asimismo, confesó que su principal objetivo era poder comprar la casa propia para su familia y deseaba mostrar su arte al público.
Al pasar las semanas, cada vez tenía más apoyo de los televidentes y se posicionó como una de las favoritas, pero la realidad es que muchos de los jugadores la veían diferente por su aspecto físico y la vida humilde que había atravesado. Esta discriminación fue desgastándola, el encierro se hizo insostenible y estar con su familia se hizo una necesidad, por esta razón, en medio de una pelea, tomó una decisión inesperada. Salió al jardín de la casa, trepó la medianera, cruzó a la casa del vecino y escapó de la producción del reality. Luego de varias horas de búsqueda, la mujer de 31 años, volvió al establecimiento y le dieron la chance de reincorporarse, sin embargo, la profesora de música explicó con tristeza: “Me sentí discriminada por mi clase social, por la forma en la que hablo y por mi edad. Decidí trepar la pared y saltar, no aguantaba las discusiones, la violencia no va conmigo”.
Luego de 37 días dentro de la casa de Gran Hermano y en medio de una crisis nerviosa, optó por abandonar definitivamente el programa y los medios de comunicación. Decidida a seguir con su sueño de ser cantante, poco a poco, se fue haciendo un lugar en el mundo de la movida tropical. Gracias a las redes sociales pudo difundir su música, que fue hecha a pulmón con sus ahorros y el incentivo de su familia, que nunca dejo que ella se alejara de su camino ideal.
Actualmente, Carrizo, es conocida como “La dama del acordeón” y se dedica su vida a cantar folclore. Finalmente, pudo mostrar todo el talento que tenía dentro y tuvo la posibilidad de llevar su arte más allá de Argentina. A pesar de que pasaron muchos años desde su momento más mediático dentro de la televisión, sus seguidores siguen firmen y la acompañan en cada paso que da. /Crónica
