¿Sabrían aquellos “locos de la azotea” lo que generarían aquel 27 de agosto de 1920 cuando decidieron instalar un equipo en la terraza del Teatro Coliseo de Buenos Aires para transmitir en directo la opera Parsifal de Richard Wagner? Cuesta dimensionar parándose 96 años atrás.
Argentina es pionera en cuestiones radiales: desde esa azotea loca se realizó la primera transmisión de la historia. Y a partir de allí, no paró.
No es exagerado decir que en casi 100 años de historia, la radio argentina dejó (y aún conserva) una centena de figuras. Queremos recordar a los íconos, los que dejaron marcas por diversos motivos y en distintas épocas.
Antonio Carrizo
Debutó en 1948 en radio El Mundo, pero su consagración llegaría años después en radio Rivadavia, con el programa cultural La vida y el canto que mantuvo durante décadas en las tardes de esa emisora. Carrizo supo navegar por la cultura popular y también, desde sus maravillosos conocimientos autodidactas llegó a entrevistar a grandes personalidades, como Jorge Luis Borges.
Héctor Larrea
Es el precursor del estilo magazzine en la Argentina. Las mañanas de radio Rivadavia eran del clásico Rapidísimo, que se mantuvo durante décadas combinando actualidad, humor, columnistas, música y deportes. Años después, pasó por Continental y El Mundo.
Cacho Fontana
La voz. La claridad, la dicción, la inolvidable voz de Cacho. “Fontana Show” es uno de sus ciclos más recordados, junto a Beba Moran y María Esther Vignola.
Juan Alberto Badía
Badía fue la nueva voz de la generación de los ’70. Hijo del locutor Juan Ramón Badía (quien supo bocharlo en el examen de ingreso del ISER), es el hacedor de la beatlemanía en nuestro país. Pasó por Rivadavia, El Mundo y Del Plata. Fue un gran difusor del rock nacional y del nuevo folclore tanto en el éter como en la televisión.
Lalo Mir
En la década del ’80, Lalo fue el que inauguró la escuela transgresora de la FM. Radio Bangkok fue pionera en ese estilo y se convirtió, para los amantes de la radiofanía de la época, en un programa mítico. Probablemente sin la genialidad de Lalo, no hubieran surgido figuras como Mario Pergolini, Bobby Flores y Elizabeth Vernaci.
Alejandro Dolina
La trasnoche de la radio siempre será de El negro. Su debut como conductor fue junto a Adolfo Castelo en Demasiado tarde para lágrimas (El Mundo, Rivadavia y Nacional). Después, llegaría “La venganza será terrible”, el ciclo que lideró durante más de 20 años la franja horaria. Las culturas griega y oriental, los relatos barriales, las reflexiones y el infaltable humor son la marca registrada que hace que sus programas sean de autor.
Mario Pergolini
Mario es el primer “heredero” de la escuela de Lalo Mir y la nueva voz de la Rock and Pop. Fue el portavoz de las nuevas generaciones, primero en Feedback, después en Malas compañías y finalmente en Cuál es?. De este último programa, Héctor Larrea dijo que era “el nuevo Rapidísimo”.
Nora Perlé
En los ’70 comenzaron a surgir y a cautivar a los oyentes las voces femeninas. Ícono indiscutible y poseedora de una voz maravillosa, la locutora Nora Perlé pasó por casi todas las emisoras nacionales.
Graciela Mancuso
Fiel compañera de Juan Alberto Badía, Graciela Mancuso fue otra de las grandes voces femeninas, a partir de la década del ’70. En sus ciclos nocturnos también fue una de las difusoras del rock argentino, tarea que fue valorada por los propios músicos.
Elizabeth Vernaci
Símbolo de la irreverencia y la transgresión, La Negra se ganó un lugar en los ’80 y hasta hoy lo conserva. Como mujer, locutora y conductora es pionera en su estilo y, aunque la imiten, no podrán igualarla.
Fuente: Diario Popular.