Este miércoles, exhumaron la tumba del niño cuyo cuerpo mutilado y sin órganos fue hallado el martes a la vera de una ruta cerca de Miramar. Su cuerpo debía descansar eternamente en un cementerio de las afueras de Mar del Plata, pero su féretro estaba vacío.
Tras descubrir la profanación de la tumba, la Justicia ordenó la detención del dueño de la empresa funeraria que había intervenido en el entierro del cadáver, informaron fuentes policiales a la agencia Télam.
La exhumación de la tumba fue ordenada por la Justicia tras comprobarse que el cadáver mutilado pertenecía al pequeño Matías Valentino Fernández. Sus familiares, lo habían enterrado en ese sitio del cementerio otamendino.
Los investigadores lograron determinar que el cuerpo mutilado y descubierto el lunes 16 en el camino que une Miramar con Mar del Sud pertenecía al pequeño que el 10 del mismo mes murió atragantado en una quinta de El Boquerón.
Los padres del niño, de origen boliviano, realizaron la ceremonia del velatorio en la misma quinta del kilómetro 23 de la ruta 88 y luego lo enterraron en el cementerio de Otamendi.
Las ofrendas sobre la tumba confirman que el acto del sepelio se consumó. Todo indica que el cuerpo fue sustraído en el mismo cementerio y que posteriormente fue profanado por motivos que aún se investigan.
El cuerpo del menor, hallado en Miramar, presentaba ausencia total de órganos y mutilaciones. Posteriormente se determinó que había pasado ya por una sala de autopsia pero que la mayoría de los cortes y ablaciones no eran parte del procedimiento forense.