Por José Romero Silva.- Prostitución, trata, drogas y delincuencia al por mayor. Estos eran los virus sociales que atacaba con un rosario, una biblia y sus palabras el sacerdote Juan Voroche de la Parroquia de La Florida. Esta mañana, esa lucha se apagó, el cura fue encontrado sin vida en extrañas circunstancias: colgado y con toda la parroquia revuelta.
Detrás de su muerte, queda abandonada la lucha de un pueblo que no quiere rendirse ante el narcotráfico y la inseguridad, que Viroche sufrió desde que alzó su voz en contra de estos flagelos. El año pasado tuvo que dar misa en la calle para hacer escuchar su reclamo a las autoridades, que a su parecer había liberado al pueblo de La Florida.
“No es marcha ni protesta, sino un llamado a tomar cartas en el asunto, ante la situación difícil que estamos atravesando, situación que nos desborda”, explicó el cura en diálogo con Cadena 3 el año pasado, cuando llevó el altar a la calle.
Vecinos de la zona, entristecidos por la noticia contaron a Tucumán Sin Filtro, que el sacerdote llevaba varias semanas amenazado de muerte por dealers y que estaba muy preocupado por la creciente denuncias de jovencitas menores de edad, que estaban siendo explotadas sexualmente, “algunas con consentimiento de sus propios padres”, contó la fuente. Al mismo tiempo, apuntó contra las autoridades de la Iglesia Católica tucumana que no apoyaba la lucha de Viroche.
Solo queda, esperar la confirmación de la justicia que revele cual habría sido el verdadero fin de la vida de este sacerdote, un cura villero que pateaba la calle y movilizaba a cientos de jóvenes de los pueblos de La Florida y Cruz Alta para que no cayeran en la mala vida….