El ex gobernador de Tucumán, José Alperovich, atraviesa un difícil momento en la cárcel de Ezeiza, donde cumple una condena de 16 años de prisión desde junio de 2024 por abusar sexualmente de su sobrina. A sus 69 años, su estado de salud física y mental se ha deteriorado, y según fuentes penitenciarias, está cada vez más deprimido y con dificultades para moverse. Sus intentos de obtener prisión domiciliaria han sido rechazados, y ahora enfrenta una nueva causa por presunto enriquecimiento ilícito.
Alperovich fue condenado tras un juicio que comenzó en febrero de 2024, donde se lo halló culpable de nueve abusos sexuales ocurridos entre 2017 y 2019 en Tucumán y Buenos Aires. Desde entonces, permanece en el pabellón de abusadores del Complejo Penitenciario Federal N°1 de Ezeiza, donde comparte espacio con otros presos de alto perfil, como el cirujano Aníbal Lotocki y el portero Jorge Mangeri.
Fuentes del penal señalan que Alperovich casi no sale de su celda, tiene problemas para caminar y ha perdido la motivación. Su defensa intentó conseguirle la prisión domiciliaria alegando problemas de salud, pero la justicia rechazó los pedidos al considerar que el ex gobernador tiene recursos económicos y contactos políticos que podrían facilitar una fuga. En noviembre de 2024, la Cámara de Casación volvió a negar un beneficio, lo que habría agravado su depresión.
Además, en marzo de 2025, el fiscal federal Guillermo Marijuan lo imputó junto a su esposa, la ex senadora Beatriz Rojkés, por presunto enriquecimiento ilícito. La investigación apunta a un crecimiento patrimonial injustificado durante sus años en el poder y podría derivar en una nueva condena de hasta seis años de prisión.
Mientras tanto, Alperovich sigue encerrado en Ezeiza, sin contacto con otros presos y con escasos momentos en el área común. Aunque los médicos del penal aseguran que está estable, su familia sostiene que su estado empeora y que necesita una silla de ruedas para moverse. Sin embargo, la justicia prioriza el cumplimiento de su condena. Alguna vez poderoso en Tucumán, hoy enfrenta un futuro incierto tras las rejas.
