Una adolescente de tan sólo 13 años se presentó en la comisaría 4ta. de la ciudad de Salta junto a su madre, a quien le había revelado los abusos a los que la sometía su tío constantemente.
A los pocos minutos de ingresar a la comisaría, la mujer se retiró con la excusa de estar en horario para retirar a otro hijo de la escuela, dejando a la niña sola en la dependencia.
La chica permaneció allí y le contó a una oficial los episodios de abuso sexual que sufrió en su casa y presentó algunas pruebas, entre ellas varias conversaciones que tenía guardadas en su teléfono celular en las que su tío le avisaba que iba a buscarla para someterla sexualmente.
Momentos después, la mujer regresó a la comisaría para llevarse a su hija y manifestó que no iba a realizar ninguna denuncia. Sin embargo, las autoridades ya habían actuado y, por la demora de la mujer en regresar y la reticencia de su parte advertida por los policías, ordenó la intervención a la asesora de Menores e Incapaces de turno, Gabriela Cardón, quien radicó la denuncia en representación de la adolescente.
El fiscal dispuso además otras diligencias, como un informe médico y medidas tendientes a identificar y localizar al acusado, quien posteriormente fue detenido.
A partir de las conversaciones halladas en el teléfono celular, la declaración de la chica, el informe médico y otras testimoniales y pruebas reunidos, el fiscal realizó la audiencia de imputación del acusado, cuya identidad se mantiene en reserva para preservar a la menor.
La fiscalía imputó al hombre por “abuso sexual con acceso carnal continuado”, según establece el artículo 119, tercer párrafo del Código Penal, que prevé una pena de hasta 15 años de prisión, y solicitó que permanezca detenido.