Una mujer de 38 años, madre de dos adolescentes de 13 y 15 años, se mostró desesperada frente a una situación que conjuga las penurias de una vida signada entre las drogas y el malicioso universo delictivo.
Viven en el barrio Democracia, en uno de esos humildes lotes en la zona sur de la capital salteña, desde donde, según ella, sus hijos volvieron a fugarse con un solo propósito: consumir drogas y delinquir. En ese contexto, los adolescentes fueron encadenados en sus camas por su progenitora en un elocuente gesto de desesperanza.
El martes 27 de noviembre la mujer de 38 años decidió acercarse hasta la Comisaría Décima, ubicada en el barrio Santa Cecilia, para denunciar el “extravío” de sus hijos. Al parecer minutos antes los jóvenes se habían empeñado, una vez más, en romper una reja de la vivienda para poder escapar. Mientras la señora intentaba alertar a las fuerzas de seguridad por el supuesto “extravío” de sus hijos, éstos asaltaban a otra señora para quitarle la cartera, hecho que ocurrió en una de las paradas de colectivos en el barrio Docente Sur.
Personal investigativo salió a la calle de la ciudad para dar con el paradero de los menores. En medio de la búsqueda fueron alertados sobre un hecho delictivo con cuatro involucrados. Dos de ellos eran los hijos denunciados por su madre. Además de los adolescentes de 13 y 15 años, la Policía logró detener a otros dos, uno de 15 y otro de 25 años, quienes fueron puestos a disposición de la Fiscalía Penal de turno y el Juzgado de Menores. Al cabo de algunas horas los tres menores fueron liberados mientras que el mayor sigue privado de su libertad.
Tras el malogrado robo a una señora, los ladrones juveniles fueron interceptados por policías del Sector 7B a pocas cuadras del lugar del hecho, en el barrio Docente Sur. Al ser requisados, el más chico de 13 años tenía un arma de fuego calibre 38 que estaba cargada. Inmediatamente el operativo se extendió por la zona y detuvieron a los otros dos, quienes estaban en un auto esperando a los menores. En el interior del rodado los uniformados hallaron una segunda arma de fuego, calibre 32, y varios cartuchos. El hecho quedó a cargo de la Fiscalía Penal 3 y del Juzgado de Menores 1.
Sustancias nocivas
Los menores, quienes fueron restituidos a su domicilio esa misma madrugada después de ser detenidos, son adictos a sustancias como el paco, pegamento o incluso algún tipo de combustible, sustancias extremadamente nocivas para la vida de cualquier mortal. La madre de los adolescentes en más de una oportunidad se acercó a una dependencia policial para solicitar la búsqueda o simplemente alertar sobre la extrema y grave situación.
A raíz de las reiteradas ocasiones en que la mujer no habría podido controlar a los muchachos, quienes al parecer en su última fuga rompieron una de las rejas para salir, decidió encadenarlos en sus propias camas con el fin de sujetarlos para que no sigan consumiendo y tampoco delinquiendo. Un contexto grave y a la vez complejo donde la madre de dos menores adictos y al margen de la ley no sabe qué acción tomar para que sus hijos no terminen de la peor manera.
Críticas y sentencias
Tras ser liberados, las críticas no se hicieron esperar; las opiniones sentenciaron su culpabilidad. “Ser menor es sinónimo de impunidad”, o incluso más duros solicitando su exterminio. ¿Son culpables o se trata de víctimas de un sistema que los utiliza?