Dos meses pasaron pero todos siguen sorprendiéndose. Ni el tiempo transcurrido pudo revelar el misterio que rodea a la desaparición de Daiana Garnica, la adolescente tucumana que salió de su casa el 6 de mayo para nunca más volver.
Las idas y vueltas que marcaron el pulso de la causa tuvieron ayer un nuevo impulso con varios rastrillajes que se volvieron a hacer en la ladrillera donde trabaja Fabián Suárez, el principal sospechoso. En el lugar, los pesquisas-de la División Homicidios y de la Policía Federal-encontraron parte de lo que sería una estructura ósea que será analizada otra vez por los expertos. Una fuente allegada a la investigación indica que se trata de un fémur que ahora será sometido a pericias minuciosas para determinar si puede tratarse de una pieza humana.
Los otros hallazgos que marcaron la jornada del caso no son menos sorprendentes. Una fuente allegada a la familia también confirmó el hallazgo de nuevas prendas sospechosas: una zapatilla de color rosa y una remera que también serán examinadas por los expertos. Lo que llama la atención es que el lugar fue examinado cuidadosamente durante dos largos meses por los pesquisas que realizaron intensos rastrillajes. Más allá de esto, la misma fuente dejó entrever que los nuevos hallazgos se produjeron a pocos metros del lugar donde funcionaba la ladrillera.
Otro teléfono
El otro elemento que también es examinado, es un nuevo aparato celular que habría pertenecido a Suárez, el principal sospechoso. Se trata de un teléfono diferente que, según pudo averiguar Tuc Sin Filtro, el acusado habría utilizado la noche del mismo 6 de mayo aproximadamente hasta las 20, cuando, al parecer, se quedó sin batería. Este aparato fue utilizado por el acusado durante esa noche y gran parte de la madrugada donde los peritos, descubrieron reiteradas comunicaciones entre Suárez y uno de sus hermanos, aproximadamente, a partir de las 4 del día 7 de mayo.
Personal científico de la Policía Federal se presentó a la mañana a realizar el levantamiento de muestras y algunas pericias que se le harán al material genético que se habría encontrado en el lugar donde trabajaba Darío Suárez, el principal detenido por el caso.
Los nuevos operativos fueron impulsados por el fiscal Diego López Ávila, que se encuentra subrogando la fiscalía de Claudio Bonari. Ya la semana pasada había ordenado que se inspeccionen los pozos ciegos de las viviendas de los acusados, sin que hubiera resultados positivos.
Daiana salió el sábado 6 de mayo de su casa en el barrio Julio Abraham, en Alderetes, para acompañar a su vecino, Suárez, a hacer unas compras. Nunca más apareció.
El fiscal Bonari sospecha que Suárez, mediante engaños, sacó a la adolescente de su casa y la llevó a algún lugar donde habría cometido el ataque. También estima que el principal acusado no actuó solo, sino que contó con la colaboración de algunos allegados. Fabián “Sapo” Pacheco, compañero de trabajo, y Juan Mátar, dueño de la ladrillera, serían los principales comprometidos.