La epidemia de dengue ha sido la más severa que se haya visto en la provincia. Nunca antes hubo tantas personas internadas. En total, ya fueron 1.748 los tucumanos que requirieron hospitalización este año por la enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti.
Los hospitales y sanatorios se llenaron de camas con tules desde hace más de un mes. Hay pacientes que estuvieron muy graves. Algunos murieron.
La directora de Epidemiología, Romina Cuezzo detalló que hubo pacientes internados de todas las edades, desde niñas y niños hasta adultos mayores. Aunque el virus ha sido especialmente duro con los jóvenes. De hecho, la mayoría de los tucumanos que perdieron la vida tenían entre 17 y 34 años. Por otro lado, si se compara con la última epidemia de 2020, la cantidad de hospitalizados ya es más importante: hay un 25% más este año.
Mientras siguen aumentando los casos (ya hay 20.575), también los médicos están detectando cada vez más secuelas: pacientes que varios días después de haber padecido la “fiebre quebrantahuesos” siguen sintiendo dolores fuertes en las articulaciones, cefaleas o que se sienten decaídos.
“Seguramente en este brote se verán más secuelas de la enfermedad”, señaló el infectólogo Marcelo Quipildor, en un reciente encuentro sobre dengue y Chikungunya en Argentina, organizado por Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
Tormenta de citoquinas
Las secuelas se ven especialmente en epidemias en las que circula un serotipo de dengue que causa muchos casos graves, como ocurre en la actualidad con el Den 2. Los médicos han visto muchos casos de algo que se conoce como “tormenta de citoquinas”.
“Se trata de una reacción exagerada del sistema inmunológico que hace que el paciente sea más propenso a desarrollar un tipo de dengue grave. Y en ellos quedan muchas más secuelas”, explicó Quipildor.
En un estudio que él realizó comprobó que muchos de estos pacientes que tienen una respuesta inmune exagerada pueden manifestar hasta seis meses después o más síntomas como decaimiento, mialgias, cefaleas y dolor de articulaciones.
Asimismo, Quipildor nombró otros estudios que muestran que el dengue puede generar una alta carga de la enfermedad a partir de los casos leves y causa discapacidad en el 95% de los casos mientras dura la patología. Las personas se ven obligadas a suspender todas sus actividades cotidianas.
Los síntomas
Si bien el dengue en una persona se reconoce por la fiebre, mialgia, dolor muscular, fuertes dolores de cabeza y decaimiento, los médicos han visto en esta epidemia otros síntomas que no siempre estaban asociados a la enfermedad; entre ellos, los problemas gastrointestinales, la dificultad para tragar y en muchas mujeres el sangrado vaginal anormal (ginecorragia), que no coincide con el período.
Según publicó el Ministerio de Salud de la Nación, en base a un análisis de datos de la Dirección de Epidemiología nacional, en el 58% de los casos se presentó alguna manifestación gastrointestinal -diarrea, vómitos, náuseas o dolor abdominal- asociados a los síntomas clásicos de la patología.
El síntoma más común de todos es la fiebre (mayor o igual a 38 grados), que lo comparte el 92 % de los casos y el 97 % de los cuadros fatales. Otro signo que se repite prácticamente sin cambios, sea el cuadro leve o grave, es el dolor abdominal: ocurre en tres de cada 10 casos.
Entre los casos mortales, los síntomas más frecuentes fueron fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, abdominales y en las articulaciones (artralgia), y vómitos. Otros signos que se vieron son: debilidad muscular, respiración acelerada, somnolencia e irritabilidad, reducción anormal del volumen de orina y tos.
Por ahora la enfermedad no tiene un medicamento específico y tampoco hay una vacuna aprobada en el país para prevenir contagios. Por lo tanto, según resalta Quipildor, para los médicos es un gran desafío atender los casos de dengue, especialmente los graves. La clave -dijo- es adelantarse a las complicaciones.