El primer sospechoso de haber participado en el crimen ya está tras las rejas, pero aún falta bastante camino por recorrer para saber lo que ocurrió. Los indicios conducen a una sola teoría: se habría tratado de un crimen por encargo. Ahora la gran pregunta es saber quién pagó para que mataran al abogado Omar Horacio Monteros (30 años).
El 21 de abril, a las 21, cuando Monteros y su madre arribaban a su domicilio y se disponía a ingresar su automóvil en el garage, dos hombres descendieron de una camioneta, permaneciendo en su interior un tercer individuo. Todos portando armas de fuego y con claras intenciones de asesinarlo. La víctima, para resguardarse, corrió hacia la intersección de las calles Junín y México, siendo perseguido por uno de los atacantes, quien con claras intenciones de causarle la muerte, le efectuó un disparo de arma de fuego que impactó en la humanidad de la víctima. Luego procedieron a huir. Como consecuencia de ello, posteriormente Monteros fue trasladado hasta el Hospital Avellaneda, donde llegó sin vida, por la herida que había sufrido.
Los investigadores de Homicidios, al mando de los comisarios Ramón Moreno, Diego Bernachi y Jorge Dib, dirigidos por el fiscal Ignacio López Bustos, comenzaron a sumar indicios con el que identificaron a un sospechoso. El lunes se hizo una rueda de reconocimiento donde un testigo de identidad reservada señaló a uno de los autores. Pablo “Lampriao” Véliz quedó aprehendido en el acto.
El martes se realizó la audiencia donde se formalizaron los cargos. El auxiliar Lucas Maggio, siguiendo instrucciones del fiscal López Bustos, lo acusó de homicidio agravado por el concurso de dos o más personas, en calidad de coautor; y pidió que quede detenido con prisión preventiva por seis meses para avanzar con una serie de medidas clave.
“El plan del homicidio fue llevado adelante acechando a la víctima con una planificación previa y tareas de inteligencia, con pluralidad de intervinientes y con el uso de armas de fuego. Existe un alto riesgo de fuga, además que los consortes de causa se encuentran en libertad”, destacó el representante del Ministerio Público Fiscal. En la audiencia, el auxiliar fiscal señaló que se descubrió que los sospechosos estuvieron la noche anterior de haberse registrado el crimen en las cercanías de la casa de la víctima.
Maggio también aclaró que a partir de la declaración del testigo de identidad reservada, se realizó un identikit, surgiendo del análisis comparativo con las imágenes de las cámaras de seguridad que el sujeto sería Véliz. Luego, el colaborador lo identificó en una rueda de reconocimiento.
El juez interviniente aceptó parcialmente el pedido realizado por el auxiliar fiscal, ya que le dictó la prisión preventiva por tres meses al acusado.
Las teorías del caso fueron cambiando con el correr de las semanas. Primero se pensó que se habría tratado de un homicidio en ocasión de robo, pero la teoría fue perdiendo fuerza al encontrarse nuevas evidencias. Después, por dos ataques similares que habría sufrido Monteros meses antes de que fuera asesinado, se pensó que fue un ajuste de cuentas. Ahora surge la posibilidad de que se haya tratado de un crimen por encargo. El tiempo dirá qué paso con este joven profesional.