Rodrigo Gibilisco, doctor en Química y especialista en atmósfera, advirtió hoy que Tucumán es la provincia más contaminada del Noroeste Argentino (NOA), con niveles de contaminación del aire que podrían reducir la expectativa de vida en hasta dos años. El experto compartió esta preocupante información desde Italia, donde trabaja en un proyecto de captura de dióxido de carbono en la Universidad de Génova.
Gibilisco explicó que un estudio reciente del Instituto de Política Energética de la Universidad de Chicago revela que Tucumán tiene la mayor contaminación en la región del Norte Grande. Este estudio utiliza un índice de aire y calidad de vida que mide la pérdida de años de vida debido a la contaminación del aire, especialmente por el material particulado emitido por diversas fuentes.
El especialista señaló que los incendios, que han aumentado durante el invierno, son una de las principales fuentes de contaminación en Tucumán. Estos incendios elevan la concentración de material particulado en el aire a niveles comparables con los de ciudades altamente contaminadas de China, México y Sudáfrica.
Debido a estos preocupantes resultados, el Instituto de Política Energética de la Universidad de Chicago ha decidido financiar un proyecto para ampliar la red de monitoreo de la calidad del aire a otras provincias del Norte Grande, que también enfrentan problemas similares. El objetivo es identificar cómo contribuyen las diferentes provincias a la contaminación y trabajar en conjunto para reducirla.
Gibilisco destacó la importancia de que tanto el sector privado como la ciudadanía se involucren en los esfuerzos para reducir la contaminación. “El gobierno no puede hacerlo solo. Es crucial que la población y el sector privado se comprometan a disminuir la contaminación, especialmente durante el invierno, controlando los incendios y promoviendo el uso racional del transporte”, afirmó.
Además del material particulado, Gibilisco advirtió que existen otros contaminantes en el aire, como compuestos orgánicos volátiles, que aún no han sido suficientemente estudiados y podrían ser tóxicos. “Necesitamos más recursos para investigar estos compuestos y entender mejor su impacto en la salud”, señaló.
Con la llegada de nuevos fondos y la extensión del programa de monitoreo a otras provincias del NOA, Gibilisco expresó su esperanza de que esta problemática reciba la atención que merece. “Tenemos la cantidad de datos necesaria para abordar este asunto de manera prioritaria en la provincia”, concluyó.
Fuente: La Gaceta