Este jueves se cumple un año desde que una joven tucumana denunció penalmente por abuso sexual a los exjugadores de Vélez Sebastián Sosa, Braian Cufré, José Florentín Bobadilla y Abiel Osorio. A pesar del tiempo transcurrido, la causa sigue abierta y sin definiciones concretas. La fiscal Adriana Reinoso Cuello obtuvo una prórroga de cuatro meses para continuar con la investigación y determinar si el caso irá a juicio. En caso de avanzar, el debate oral se postergaría para el próximo semestre.
Hasta el momento, los principales elementos en la causa incluyen la declaración de la víctima, quien identificó a Osorio, Cufré y Florentín Bobadilla como agresores y dijo que Sosa estaba dormido en el momento del hecho. Los acusados admitieron haber tenido relaciones con la denunciante, pero aseguraron que fueron consentidas.
Las pericias genéticas encontraron sangre de la víctima en la habitación y material genético de Florentín Bobadilla en sus prendas. Sin embargo, la defensa de los futbolistas cuestionó la validez de estas pruebas, argumentando que fueron recolectadas días después en una habitación que había sido ocupada por otras personas.
Un audio que la víctima envió a una amiga podría haber sido clave en la causa, pero no fue hallado. La joven que lo recibió declaró que lo borró, aunque afirmó que su amiga sonaba alterada. Además, un testigo que declaró en Cámara Gesell confirmó la existencia de dos audios que fueron eliminados cuando el caso se hizo público.
Otro punto en disputa son las pericias psicológicas. La querella sostiene que refuerzan la versión de la víctima, mientras que la defensa de los futbolistas argumenta que podrían cambiar el rumbo de la investigación. Los detalles del informe no fueron revelados por orden judicial, aunque cada parte presentará su propia interpretación en los próximos días.
También hay controversia en torno a las imágenes de seguridad del hotel donde ocurrió el hecho. La defensa de los acusados señala que la denunciante pudo haber visto las grabaciones antes de hacer la denuncia, lo que, según ellos, podría afectar la credibilidad de su testimonio. Además, afirman que la querella tenía información sobre el protocolo de limpieza del hotel y sobre la estrategia legal que seguiría la víctima.
En los próximos cuatro meses se realizarán nuevas pericias, incluyendo el mejoramiento de las imágenes de seguridad para analizar el estado de la víctima al salir del hotel, la recuperación de mensajes en el teléfono de su amiga, la citación de nuevos testigos y la evaluación de los informes psicológicos presentados por ambas partes.
El caso ha generado un fuerte enfrentamiento entre la querella y la defensa de los futbolistas. Los abogados de la denunciante, Patricia Neme y Patricio Char, denunciaron la exposición pública del caso y la revictimización de su clienta. “Se ha puesto el foco en la víctima y no en los acusados. Mi representada ha sido tratada como un objeto de prueba, mientras los jugadores siguen con su vida como si nada hubiera pasado”, declaró Neme.
Por su parte, la defensa de los imputados sostiene que la versión de los jugadores se ha fortalecido con el tiempo. “El tiempo ha demostrado muchas cosas, principalmente que la versión de la defensa se sostiene desde el primer día”, afirmó José María Molina, abogado de Cufré y Osorio.
El defensor de Sosa, Ernesto Baaclini, criticó a la denunciante, asegurando que “siempre obstruyó la investigación”. Los abogados de Florentín Bobadilla, Camilo Atim y Florencia Abdala, afirmaron que esperan el juicio oral para demostrar la falsedad de la denuncia y luego iniciar acciones legales contra la joven por el daño causado.
A un año de la denuncia, el caso sigue sin resolverse y el futuro de los acusados dependerá de las pruebas que se sumen en los próximos meses. La fiscalía tiene hasta mediados de año para decidir si la causa llega a juicio o si será archivada, mientras el debate sobre el tratamiento judicial de las denuncias por abuso sexual sigue abierto en la sociedad.
