“¿Hola…? si…, este número aparece registrado como la última llamada que se hizo de este celular, ¿puede decirnos a quien le pertenece?”.
La pregunta la hizo uno de los investigadores a una mujer que, al otro lado de la línea, quedó en shock. “El teléfono le pertenece a Paola Tacacho…es mi novia”. A continuación, los policías le informaron a la mujer (su nombre se preserva por razones legales) que Tacacho, una profesora de inglés de 33 años, egresada de la UNT había sido asesinada por un hombre, que a su vez acababa de quitarse la vida.
El ataque se consumó a escasas dos cuadras de la casa de la mujer luego de que el victimario la interceptara en Monteagudo al 500. Los últimos instantes de Tacacho fueron un esfuerzo desesperado para evitar las seis puñaladas que recibió de Mauricio Parada Parejas. Mientras el ataque brutal se registraba un hombre intervino para tratar de salvarle la vida a la mujer: separó a Parada aplicándole un golpe y asistió a la víctima.
El testigo indicó que cuando escapó el hombre se habría asestado una puñalada en el pecho y quedó tendido en el suelo. En tanto, la mujer, con varias heridas de arma blanca en todo el cuerpo, era asistida y llevada de urgencia aunque fallecería momentos después.
Quien era el victimario
La recopilación de datos por parte de los pesquisas a través de aquella mujer que oficiaba de informante al teléfono les permitió hacer una reconstrucción de lo que habría sido un femicidio premeditado: una maniobra extrema de un hombre que estaba dispuesto a todo.
En la vereda quedó el arma homicida: un cuchillo con una empuñadura de cuero con el que el femicida consumó el ataque. Sin embargo, en un bolso que pertenecía al hombre, los pesquisas encontraron otro cuchillo de tipo tramontina, un martillo, un tenedor y una navaja. En uno de los bolsillos del pantalón de Parada, los forenses hallaron otra navaja que los especialistas llaman tarjeta: se puede plegar quedando disimulada como un objeto cualquiera.
Todos elementos que hacen suponer a los investigadores que el brutal ataque fue premeditado y el femicida tenía la intención de llevar a cabo todo lo que pasó, incluido el dramático final de su vida con el arma que había atacado a la víctima.
Los allegados a la víctima insistieron en que no existía ninguna relación íntima entre la mujer y el hombre.
¿Qué fue lo que llevó al victimario a consumar semejante acto?
Los pesquisas pudieron hacer una reconstrucción de la historia que habría tenido de un lado a un hombre obsesionado por quien había sido su profesora. Durante dos meses el hombre había sido su alumno y durante todo ese tiempo le habría hecho propuestas de todo tipo. Los allegados a Tacacho, entre ellos, uno de sus familiares en Salta que se enteraron de su asesinato a través de la novia de la víctima, también conocían la historia del hombre que estaba dispuesto a todo.
Aquel comportamiento de acoso se repetía incluso en las redes sociales, indican los amigos de la profesora, quienes organizan una marcha en Salta en la plaza 9 de Julio, desde las 17.30 de este sábado.
Estos testigos le confirmaron anoche a la policía acerca de las denuncias que había instado la víctima contra el victimario. Incluso, los investigadores dejaron asentado la afirmación de uno de los allegados a Tacacho respecto a que había una medida de restricción perimetral en contra del potencial femicida. Pero todo indica que ni siquiera eso pudo frenar la furia asesina de Paredes, cuya obsesión terminó de la peor manera en plena calle, durante la noche del viernes.