El ministro de Economía, Luis Caputo, anunció ayer en Argentina el fin del cepo cambiario para personas, un nuevo sistema de bandas de flotación para el dólar y un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), con el objetivo de normalizar el acceso a divisas, estabilizar el tipo de cambio y reforzar las reservas del Banco Central. Las medidas fueron informadas desde Buenos Aires y marcan un nuevo escenario económico en el país.
En primer lugar, el fin del cepo significa que las personas podrán comprar dólares libremente en el mercado oficial, sin límites mensuales ni restricciones por subsidios, empleo público o beneficios sociales. Ahora se podrán comprar hasta 100 dólares en efectivo y más si es por débito bancario, sin pagar impuestos extras, excepto en los consumos con tarjeta en el exterior y turismo. Además, se elimina el dólar blend, que permitía a los exportadores vender parte de sus dólares a un tipo de cambio más favorable.
En segundo lugar, el dólar tarjeta seguirá teniendo la carga impositiva. Esto incluye las compras con tarjeta en dólares, como viajes, servicios en línea o cualquier otro consumo en el exterior. Las personas podrán seguir pagando estos consumos en dólares billete si los compran antes, lo que podría ayudar a evitar el recargo impositivo.
El tercer punto importante es el nuevo sistema de bandas cambiarias. El dólar podrá moverse libremente entre $1000 y $1400, según la oferta y la demanda, sin intervención del Banco Central dentro de ese rango. Si el precio sube más allá del límite o baja por debajo, el Banco Central actuará para mantenerlo dentro de la banda. Esta banda se ajustará un 1% mensual, y según Caputo, este modelo es más sólido que el que existía durante la convertibilidad.
En cuarto lugar, aunque no se puede saber con certeza a cuánto estará el dólar el lunes, el Gobierno espera que este nuevo esquema dé previsibilidad al mercado. Si el plan logra generar confianza, podría ayudar a controlar los precios, aunque la inflación de marzo ya fue alta y superó lo que se esperaba.
Por último, el acuerdo con el FMI permitirá al país recibir U$S20.000 millones, de los cuales U$S15.000 millones estarán disponibles este año. Este dinero servirá para reforzar las reservas del Banco Central, que hoy están en negativo en unos U$S6000 millones. Si bien la idea es no tener que usar esos fondos de inmediato, su sola presencia podría calmar al mercado y reducir la presión sobre el dólar. Además, ayudaría al Tesoro a pagar deudas importantes como la de julio, que supera los U$S4000 millones.