A medida que avanza la investigación, la Justicia habría sumado indicios que permitirían sospechar que la relación sexual entre el odontólogo de Yerba Buena y una menor, por la que se lo acusa de abuso, habría sido totalmente consentida. Sin embargo ahora, según informaron fuentes judiciales, se analiza la posibilidad de que haya abandonado a la víctima lesionada, poniéndola en riesgo.
Diez días atrás, la madre de la adolescente de 17 años denunció en la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia que su hija habría sido atacada por un profesional 24 años mayor que ella. Una pariente de la supuesta víctima identificó al sospechoso en las redes sociales como Sebastián Juliano.
De acuerdo a las primeras versiones, el acusado participó del viaje de egresados a Bariloche como “padre cuidador”. Lo hizo porque su hijo, también menor de edad, concurre al mismo establecimiento que la adolescente, aunque no en el mismo curso. Cuando regresaron del viaje, del que (según fuentes cercanas a la investigación) también habría participado la madre de la chica como “madre cuidadora”, la menor habría seguido manteniendo contacto con el odontólogo. Siempre según el expediente, el martes a la tarde habrían decidido concurrir a un hotel alojamiento para mantener relaciones.
Un día después de que el caso se hiciera público, Juliano se presentó ante el fiscal Claudio Bonari y habría reconocido haber mantenido una relación con la adolescente y que sí tuvieron relaciones sexuales, pero que fueron consentidas. El sospechoso, siempre según una fuente judicial, ofreció probar sus dichos con los mensajes que habría intercambiado con la chica.
Silvia Furque, representante legal de la familia de la joven, dijo que están esperando que ella declare. “Se le ofreció al fiscal que tomara la declaración en la casa de mi representada, pero con buen tino rechazó el planteo. Él quiere que declare ante cámara Gesell para evitar cualquier tipo de planteos de nulidad por parte de la defensa. Pero por ahora y por prescripción médica, no puedo hacerlo”, explicó.
Bonari, según trascendió, ya habría recibido los resultados de las medidas que desarrollaron los forenses que revisaron a la adolescente: habrían detectado lesiones en la zona vaginal, pero no serían las características de un abuso sexual.
También se conoció en las últimas horas que el odontólogo no habría presentado las escoriaciones o golpes característicos que les provocan las víctimas a sus agresores sexuales, según habrían determinado los médicos.
Si se confirma que la menor consintió la relación, Juliano no podrá ser imputado por abuso sexual. Según las leyes, mantener una relación con una mayor de 16 años tampoco es delito, siempre y cuando se demuestre que no se aprovechó de alguna situación particular.
“No podemos decir nada porque ella todavía no declaró y además el fiscal Bonari consiguió que a la causa se le dictara el secreto de sumario. Ella sigue siendo sometida a un tratamiento psicológico. Hay que esperar que esté en condiciones de hacerlo, pero esa no es la única preocupación que tenemos”, indicó Furque.
La profesional dijo que Juliano dejó lesionada en su casa a la menor lastimada y huyó rápidamente. “Ella tuvo una serie de lesiones que le provocaron un sangrado importante. Él, en el viaje de egresados trabó amistad con la madre de la joven, por lo que debería haberle avisado lo que había ocurrido y más aún si es como él dice, que la relación fue consentida. Él es un profesional de la salud y sabe sobre las consecuencias que puede generar una lesión de estas características”, comentó Furque.
De acuerdo a las versión de la profesional, la adolescente perdió sangre en el lugar donde se produjo la relación -aún no se determinó si fue en un hotel alojamiento o en su casa- y mientras la trasladaban a su casa. La Policía encontró manchas que serían de sangre en la camioneta del odontólogo y en la puerta de la vivienda donde la dejó. “Ella fue sometida a una operación y se le tuvieron que hacer varias transfusiones. No fue una herida menor, pero tampoco hubo una interrupción de embarazo o cualquier otra de esas barbaridades que se dijeron en las redes sociales”, comentó la abogada.
La representante legal de la adolescente se quejó porque al acusado hasta el momento no le hicieron ningún tipo de estudios para determinar si es portador de alguna enfermedad. “Por recomendación de los profesionales que la asisten, los familiares decidieron iniciar un tratamiento especial”, dijo.
Furque relató que la joven está en una situación particular. Se le quitó el celular para que no ingrese a las redes sociales; no mira televisión ni lee los diarios y casi no tiene contactos con su círculo íntimo. Una profesional es la encargada de comentarle lo que está sucediendo con el caso. “Por las redes sociales se dijeron muchas barbaridades. Pareciera que no se dan cuenta del daño que le están generando a una adolescente. La actitud de algunos mayores es incomprensible”, concluyó