El caso de María Cash, desaparecida en julio de 2011, dio un giro inesperado en noviembre de 2024, cuando Héctor Romero, un camionero de 71 años, fue imputado como principal sospechoso de su asesinato. Sin embargo, una llamada anónima recibida hace 10 años ya había señalado a Romero como el responsable, pero la información fue ignorada por las autoridades en su momento.
María Cash, una joven diseñadora, fue vista por última vez el 8 de julio de 2011 mientras viajaba en un camión conducido por Romero, quien la habría trasladado desde General Güemes hasta un santuario de la Difunta Correa. Una década atrás, una mujer llamó a la familia de María para informarles que Romero era la última persona en verla con vida. Según su testimonio, el camionero la habría llevado al paraje Palomitas y abandonado su cuerpo en la zona de El Tunal. Aunque los datos aportados en la llamada eran contundentes, no se consideraron suficientes para avanzar en la investigación.
La familia de María, liderada por su madre, María del Carmen Gallegos, y sus hermanos, nunca dejó de buscar respuestas. Tras la muerte de Federico Cash, padre de la joven, Máximo Cash retomó las investigaciones y envió un correo electrónico a la fiscalía, detallando contradicciones en el relato de Romero sobre los hechos del día de la desaparición. Pese a sus esfuerzos, la causa permaneció estancada durante años.
En noviembre de 2024, el Ministerio Público Fiscal imputó a Romero como principal sospechoso. El fiscal Eduardo Villalba aseguró que las pruebas indican que Romero le quitó la vida a María y se deshizo de su cuerpo. También mencionó la posibilidad de realizar nuevos rastrillajes en zonas claves señaladas en los testimonios. Villalba expresó dudas sobre el silencio del entorno del sospechoso, lo que podría apuntar a posibles encubrimientos.