Ya casi se cumplen seis meses desde que nada se sabe de Daiana Garnica, la joven de 17 años que salió de su casa en Alderetes y no regresó nunca más, sin dejar rastros.
Este martes se confirmó que todos los resultados de las pericias genéticas que se hicieron a los imputados y a las prendas manchadas con sangre secuestradas en las casas de los sospechosos, dieron negativo: no pertenecen a la joven; no tenían su ADN.
Esto refuerza la hipótesis que la familia de la adolescente denunciaba desde el principio: Daiana fue víctima de una red de trata de personas.
El fiscal Claudio Bonari, en base a los indicios que fue recopilando, sospechó que Daiana había sido asesinada por Darío Suárez y que había contado con la colaboración de Fabián “Sapo” Pacheco y de Claudio Matar, compañero de trabajo en una ladrillera y jefe, respectivamente. Según esa línea investigativa, los sospechosos habrían secuestrado a la menor y, luego de acabar con su vida, habrían quemado sus restos en el horno del emprendimiento.
En el marco de esa línea investigativa, también se ordenó la aprehensión a otras nueve personas (casi todos familiares de Suárez) al sospechar que encubrieron el crimen. A 12 de los acusados se les dictó la prisión preventiva.
Sin embargo, con el correr de los meses, se fueron descubriendo algunas irregularidades. Por ejemplo, los defensores advirtieron que el allanamiento realizado en la ladrillera no había sido autorizado por ningún juez, por lo que solicitaron la nulidad de la causa.
Luego, trascendió que se habían extraviado algunos sobres en la que se habían guardado pruebas. En los últimos días trascendieron otros detalles de la pesquisa. Por ejemplo, que en el horno de la ladrillera no se encontró ningún resto que indique que la adolescente haya sido incinerada allí. Y ahora los resultados de las pericias genéticas tampoco sirvieron para demostrar que los sospechosos pudieran haber participado en el supuesto homicidio.
El fiscal envió a peritar las muestras de restos extraídos de los sospechosos y las prendas incautadas en las que supuestamente había manchas de sangre de la adolescente. Los especialistas hicieron un perfil genético de Daiana a partir de sus familiares y lo compararon con las muestras extraídas: los resultados fueron negativos.
“Voy a hablar como defensor de Pacheco. Él no tiene nada que ver con el supuesto homicidio. Durante todo este tiempo, como lo hicieron mis colegas, guardé un respetuoso silencio para no entorpecer la investigación. Pero con estos resultados en la mano, pediré su inmediata liberación porque quedó demostrado que no tuvo ninguna participación en, insisto, un supuesto crimen”, explicó Rodrigo Bilbao. El abogado defensor del compañero de trabajo de Suárez confirmó que ya presentó un escrito ante la Cámara de Apelaciones para que el fiscal envíe la información sobre los resultados de las pericias genéticas. “Es una prueba fundamental para que se defina qué pasará con todos los sospechosos que están detenidos con prisión preventiva; los plazos se vencen en las próximas semanas”, anticipó.
La Cámara está en mora con la decisión de todos los planteos que se realizaron hasta el momento. Se sabe que Liliana Vitar (preopinante) y Enrique Pedicone ya emitieron su opinión. Ahora falta la de Eudoro Albo, que terminaría definiendo el asunto.
Por lo que trascendió, ante los elementos probatorios recolectados hasta el momento, este tribunal derrumbaría la teoría del homicidio y se inclinaría a solicitar que se profundice la línea investigativa que postula que Daiana podría haber sido víctima de una red de trata de personas. Si es así, el Tribunal deberá definir la competencia, puesto que se trata de un delito federal.
No se supo demasiado sobre los pedidos de nulidad solicitados por los defensores, pero sí está casi confirmado que se ordenaría que se intensifique la búsqueda de la menor. “No hay indicios de que haya sido asesinada y los magistrados tienen la sensación de que no se la está buscando como se debiera”, sintetizó una fuente de la Cámara.
La familia de Daiana insiste desde un inicio para que el fiscal investigue la línea de trata de personas. “Darío Suárez secuestró a mi hija y la vendió; la entregó para que se la lleven a otro lado y sigue callado. Estoy seguro de eso. No sé cuándo la Justicia trabajará por esa parte, ya se me termina la paciencia. No puedo vivir sabiendo que mi hija fue privada de la libertad por esta basura, que encima no habla”, reclamó Ramón Garnica, padre de la menor.