En Tucumán, casi la mitad de los trabajadores actuales no podrán jubilarse al llegar a la edad establecida, debido a la alta informalidad laboral que afecta a más del 47% de quienes trabajan en la provincia. Esto representa a más de 136.000 personas que no realizan aportes previsionales, lo que, sumado a los bajos salarios en blanco que no generan aportes suficientes, agrava el panorama del sistema jubilatorio en los próximos años.
El empleo informal, que lleva décadas siendo un problema estructural en Tucumán, coloca a los trabajadores “en negro” como el segundo grupo laboral más grande, incluso superando al sector estatal. Este fenómeno no es nuevo: desde 2003, el empleo no registrado en la provincia rara vez ha bajado del 40%.
Por otro lado, quienes trabajan formalmente también enfrentan dificultades. Muchos reciben salarios bajos o pagos catalogados como “no remunerativos”, lo que significa que no generan aportes para su jubilación. Como resultado, incluso quienes lleguen a jubilarse podrían percibir ingresos futuros por debajo de la línea de pobreza. Este problema afecta tanto al sector privado como al estatal, que emplea a más de 100.000 personas en la provincia.
El sistema previsional en Argentina, que comenzó como un sistema de reparto en el siglo XX, se encuentra en crisis debido al envejecimiento poblacional, la alta informalidad laboral y la falta de empleo. Actualmente, el Gobierno nacional trabaja en una reforma previsional que busca dar “sustentabilidad” al sistema, pero entre las posibles medidas se evalúan aumentar la edad jubilatoria, igualar los requisitos para hombres y mujeres, y distinguir entre jubilados con aportes completos y aquellos beneficiados por moratorias.
En este contexto, la situación de las mujeres tucumanas es aún más preocupante. Nueve de cada diez no podrían jubilarse debido a la falta de aportes. Muchas de ellas han dedicado su vida a tareas de cuidado o trabajos precarios, quedando fuera del sistema de seguridad social. Mientras tanto, los empresarios que emplearon trabajadores en negro han recibido beneficios como condonaciones de deudas, lo que ha generado críticas por la falta de sanciones hacia quienes no realizaron los aportes correspondientes.
La Prestación Universal para el Adulto Mayor (PUAM), que otorga el 80% de una jubilación mínima, se presenta como la única opción para quienes no cumplan con los requisitos de edad y aportes. Sin embargo, esta alternativa está lejos de garantizar una vida digna para las personas mayores.
La falta de una solución a este problema estructural, sumada a la alta carga impositiva que enfrenta Tucumán, ha llevado a la provincia a tener la tasa de desocupación más alta del NOA y una presión tributaria que dificulta la creación de empleo formal.
Fuente: La Gaceta