Una banda de motochorros que había protagonizado una serie de violentos robos a fines de julio, fue desarticulada en parte luego de diez allanamientos simultáneos que arrojaron como saldo dos detenidos, además del secuestro de 46 celulares, armas de fuego, proyectiles y drogas.
“El objetivo era encontrar elementos vinculados a la investigación por dos robos agravados de motovehículos ocurridos el 30 de julio en la zona de Cebil Redondo. Fueron dos hechos bastante graves. Seis motos en las que se desplazaban 12 personas reducían a las víctimas después de golpearlas en la cabeza con armas de fuego y les quitaban las motocicletas. Ocurrieron en no más de dos horas”, explicó el fiscal Washington Navarro Dávila.
En ambos casos los delincuentes rodearon a las víctimas y tras reducirlas a culatazos, las despojaban de la moto. “Hoy los celulares son una buena fuente de información para los investigadores. También los imputados deben declarar”, concluyó el fiscal.