Este sábado por la mañana, cumpliéndose dos semanas de su desaparición, continúa la intensa búsqueda de Daiana Garnica. Esta vez se sumaron a la investigación los perros del equipo que halló los restos de Araceli Fulles en la localidad bonaerense Villa Ballester.
El nuevo rastrillaje se realiza en la ladrillera de Alderetes donde trabajaba Darío Suárez, el principal sospechoso por la desaparición de la adolescente de 17 años.
Los perros cuerpo K9 de Bahía Blanca, son el tercer grupo de perros que buscan pistas de Daiana en la ladrillera, ubicada a 500 metros del barrio Julio Abraham, donde reside la familia de la chica y la del principal sospechoso. Anteriormente participaron canes de la Policía de Tucumán y de Gendarmería Nacional.
La hipótesis con más fuerza según el fiscal Claudio Bonari, es que la adolescente de 17 años habría sido asesinada. La causa está caratulada como privación ilegítima de la libertad seguida de homicidio, aunque todavía no hay un solo rastro de la chica.
El fiscal sospecha que Suárez, de 40 años, abusó de Daiana y luego la asesinó y se deshizo de sus restos quemándola en el horno de la cortada. Estima, además, que contó con la colaboración de varias personas, entre las que se encuentra un amigo y compañero de trabajo suyo, Fabián Ernesto “Sapo” Pacheco, y el dueño de la ladrillera, Juan Mátar.
La defensa de Suárez, sin embargo, reveló que el principal sospechoso declaró que no tiene nada que ver con el caso y afirmó que nadie vio a la chica con él ese día. “Acepta que se mandó mensajes, pero dice que él nunca se ha encontrado con ella; hay mensajes con ella y esos son los mensajes que lo tienen privado de la libertad; no hay vecinos ni nadie que haya dicho que la ha visto a ella con Suárez. Alguien tiene que haber visto algo”, dijo ayer la abogada Julieta Jorrat.