Atención y advertencia: imágenes sensibles para el lector
La foto golpea. Habla por sí sola. Es una demostración de todo lo que puede enfrentar un tucumano cuando sale a la calle y está a expensas de un delincuente que aparenta no tener nada que perder.
José Caram empezaba su mañana como todos los días que trabaja: manejando un interno de la línea 101. Como chofer, sabe y ha escuchado de los riesgos que corre alguien con un trabajo como el que tiene. Pero una cosa es intuir y otra muy distinta vivir la experiencia. Caram fue atacado alrededor de las 5 mientras recorría el barrio El Gráfico y su colectivo fue abordado por una pareja. El hombre no sospechó que fueran delincuentes: se detuvo en la parada y poco después que los “pasajeros” subieran, el hombre lo atacó.
La brutalidad del delincuente quedó plasmada en el rostro de Caram que tiene un corte de arma blanca en el rostro y severas lesiones en su mano derecha con la que intentó defenderse del violento delincuente.
“Nos dijo que los delincuentes estaban bien vestidos y no despertaron sus sospechas”, explicó Adolfo Canuto, representante de UTA.
Todo indica que los malvivientes querían robarle el teléfono celular. “Además de cortarle la cara corre el riesgo de perder el dedo meñique”, indicó uno de los compañeros, alarmado por el ataque y expectante de las medidas que tomaría la empresa.
Por lo pronto, de protesta por los constantes robos que sufren, y para exigir seguridad, los choferes de las líneas 101 y 107 decidieron no ingresar a los barrios El Gráfico, El Sol y Galicia en cuanto conocieron lo que había sucedido con Caram.